Este lunes un joven de 18 años oriundo de Uruguay, desapareció por una horas luego de haber salido a vender su auto con unas personas que lo habían contactado por Facebook, la plataforma donde estaba publicado el vehículo. 

Lo último que sabían de Lucas Zanolli fue que había concretado un encuentro con una persona para vender su auto. Ese Volkswagen Gol que, según sus amigos, adoraba. El cuerpo fue encontrado sin vida dentro de su propio baúl: el auto estaba ubicado en una casa de la zona. 

En esa vivienda se encontraban tres personas: un hombre 20 de años y principal sospechoso del asesinato de Lucas, su madre y su hermana. Los tres fueron detenidos este martes por la Policía.

Al auto de Lucas le hicieron los primeros análisis externos en busca de huellas en el exterior. Y su cuerpo fue trasladado para que un médico forense determine cuál fue la causa de muerte. Una fuente de la investigación dijo a El País que se cree que fue “estrangulamiento”, aunque aclaró que hay que esperar el resultado final. La misma fuente dijo que la Policía presume que Lucas llegó a esa casa en Jardines ya sin vida.

Lucas había puesto en venta su auto en la plataforma Marketplace de la red social Facebook. Según supo El País, una persona lo contactó días atrás y manifestó su interés en el vehículo. Luego fue a verlo a su casa donde Lucas vivía con su madre. El supuesto comprador se volvió a contactar con Lucas otra vez; se sabe que fue a verlo al menos dos veces. Luego el interesado le dijo que su madre también quería ver el auto para poder dar unas vueltas y probarlo.

Esto último ocurrió el lunes a las 19:00. Según la información que maneja la Policía hasta ahora, Lucas se habría subido con esas dos personas para exhibir el funcionamiento de su Volkswagen. Pero pasó una hora y varios amigos de él, que sabían que había ido a mostrar el auto, comenzaron a preocuparse. Decidieron llamarlo, pero el teléfono de Lucas sonaba y nadie atendía. Los amigos del joven de 18 años les contaron la situación a sus padres y estos, apenas dos horas después de que Lucas saliera de su casa en Colón, presentaron una denuncia a la Policía.

El caso recayó en investigadores de personas ausentes de Interpol y en detectives de la Zona Operacional IV de la Jefatura de Policía de Montevideo, que comenzaron a recabar toda la información para dar con el paradero del joven.

El auto tenía un GPS, pero cuando la familia quiso ubicarlo por esa vía, notaron que estaba desactivado. En tanto, allegados a Lucas comenzaron a compartir en redes sociales información que ayudara a encontrarlo. “Se lo llevaron a él y al auto. Compartir. Recién desaparecido”, decía la publicación que incluía tres números de teléfono y una foto del joven.

En el medio de la búsqueda, uno de esos teléfonos sonó. Era una persona que decía que Lucas estaba secuestrado y pedía un rescate. Ese número, indicaron fuentes policiales a El País, tendría origen mexicano. Si bien no se descarta ninguna hipótesis, no hay elementos para sostener que se haya tratado de un secuestro porque la información que manejaban quienes llamaron era la difundida en las redes sociales.