El supuesto robo de restos fósiles en el arroyo Saladillo tuvo un giro este jueves cuando De 12 a 14 (El Tres) contaba la historia en vivo y apareció el hombre que era acusado de ese delito, y que incluso había sido filmado cuando retiraba los huesos con una pala. "Mi sueño era encontrar un resto fósil", dijo y aseguró que no quiso robarse nada sino preservar.

La bajante en la cuenca del Paraná dejó al desnudo las costas de ríos y arroyos y en el Saladillo, al sur de Rosario, eso permitió el hallazgo de huesos de un toxodonte, un mamífero extinto, entre un rinoceronte y un hipopótamo. 

Pero esta semana un hombre apareció con una pala y se llevó dos bolsas de ese patrimonio paleontológico de la región.

La imagen de un toxodonte (Wikipedia).

El vecino de barrio La Isleta fue filmado por otras personas que le preguntaron qué estaba haciendo y él les dijo que se llevaba el material para entregarlo a una paleontóloga. No le creyeron.

El caso tomó relevancia pública y este jueves al mediodía dos voluntarias denunciaron el aparente robo de restos fósiles con fines no claros (no tiene valor económico). Elizabeth Fregoni aclaró que el solo hecho de remover la tierra ya implica una pérdida del patrimonio porque solo especialistas deben hacer ese tipo de trabajo. Alterar esas escenas naturales impide el análisis científico.

Se robaron los huesos de un animal paleontológico

En ese momento, apareció Juan, un vecino que hace 15 años vive en la zona y negó haber robado o actuado con mala voluntad. Al contrario, dijo a la periodista Almudena Munera que su "sueño era encontrar un resto fósil" y los huesos en las quebradas del Saladillo (frente al Velódromo) le llamaron la atención.

"Hace 15 años que vivo en este barrio. Vine a pasar la tarde, como cada domingo. Vi un huesito chiquito, saqué una foto y lo mandé a Canal 3", aseguró Juan y contó que también se comunicó con el Museo Gallardo. Siempre según su versión de lo ocurrido, una paleotontóloga le dijo que se iba a contactar pero esperó y nada pasó. Entonces, decidió él mismo retirar el tesoro.

"No digan que me quiero quedar con algo que no es mio", pidió y aseguró que iba a volver a llamar al Museo Gallardo para entregar las piezas. "En mi casa están todos, los tengo todos yo", agregó. 

En ese momento Elizabeth le explicó que "no hay que extraer los huesos del lugar porque los que saben pueden segir excavando al sacar la pieza entera, es como la escena de un crimen".

Lo cierto es que las partes se encontraron, aclararon el mal entendido y luego se concretó el arribo de especialistas del museo rosarino para resguardar lo hallado (aunque nunca deberían haberse removido los huesos de su lugar porque se pierde la información científica más valiosa).