Gabriel Sanabria recibió el alta definitivo este lunes al mediodía y emprendió el esperado regreso a San Javier, su ciudad, después de más de dos meses de aquel ataque a balazos que sufrió en Arijón al 400, durante un operativo en Rosario. “Entré al hospital muy mal y ahora me voy caminando”, confió. Anticipó que seguirá en la Policía de Santa Fe, aunque ahora se predispone a descansar, a recuperarse por completo y a recibir el cariño de sus familiares y amigos: “Ahora a disfrutar de lo que queda de vida”, dijo. 

La emoción de los familiares de Gabriel. (Alan Monzón/Rosario3)

El joven policía ingresó en grave estado al Heca el 27 de mayo pasado, luego de recibir 10 disparos en un operativo de tránsito en Arijón al 400. Tras 55 días internado, Sanabria recibió el alta días atrás y continuó su recuperación en una clínica especializada en rehabilitación integral, ubicada en calle Paraguay al 2200. 

Este lunes, luego de un exitoso tratamiento, el paciente salió caminando, rodeado del saludo y del aplauso emocionado de los profesionales y de compañeros de la fuerza. Emprendió viaje hacia San Javier, donde lo esperaron para rodearlo de más afecto. 

“Agradecer a toda la gente que me dio su apoyo, ahora a disfrutar lo que queda de la vida”, dijo en De 12 a 14 (El Tres). “Más que nada agradecer a todo este equipo”, añadió. 

“Yo entré muy mal y ahora me voy caminando”, estableció Gabriel. Y luego, ante la pregunta concreta, anticipó: “Mi idea es seguir en la fuerza, por supuesto que sí”. 

Abrazos y aplausos para Gabriel Sanabria. (Alan Monzón/Rosario3)

“No tengo palabras para agradecer todo lo que rezaron por mi”, confió el joven policía. Después contó: “Me voy a quedar un tiempo en San Javier para cambiar el aire y recuperar fuerzas”

“Agradezco a todos los médicos, que se pusieron la diez como quien dice”, destacó. “Me queda un camino duro de recuperación, me queda una cirugía en la muñeca, pero me siento muy bien”, apuntó. 

El reconocimiento de sus compañeros policías. (Alan Monzón/Rosario3)

Sobre lo que le tocó atravesar, indicó: “Lo que me pasó a mí le pudiera haber pasado a cualquiera de mis compañeros que están en la calle, hoy por hoy son gajes del oficio, lamentablemente”. 

“Con el primero que hablé fue con mi hermano, que siempre estuve al lado mío, nunca se movió”, finalizó. 

El hermano de Gabriel también habló con los medios en la puerta de la clínica y se notaba que desbordaba de emoción y alegría: “Mi viejo lo está esperando allá, todo el pueblo de San Javier nos está esperando”, dijo. “Él va a seguir, es policía de vocación y va a seguir”, terminó. 

Su ciudad lo recibió por la tarde en medio de una concentración de más familiares y vecinos, ante los que Gabriel no pudo contener las lágrimas, otra vez, luego de bajar del móvil policial que lo trasladó.