El docente-investigador Néstor Di Leo desempeña sus tareas en la Facultad de Ciencias Agrarias (Universidad Nacional de Rosario, UNR). Desde allí nos cuenta cómo satélites y drones aportan información para avanzar en el estudio de dos temas de particular impacto en nuestra región: erosión hídrica y uso de suelos.

DRONES Y SATÉLITES

¿Qué es el Programa de Desarrollo de Drones?

Es un proyecto que se desarrolla en el marco del Centro de Estudios Interdisciplinarios de la Universidad Nacional de Rosario (UNR). Lo que intenta hacer el Programa de Drones UNR es concentrar y sinergizar distintas líneas de trabajo que tienen que ver con:

1. Desarrollo de aeronaves

Colegas de la Facultad de Ciencias Exactas, Ingeniería y Agrimensura están en el desarrollo y/o puesta a punto de aeronaves y sistemas de navegación.

2. Desarrollo de aplicaciones

Tema en el cual trabajamos nosotros. Con cámaras montadas en drones se puede relevar desde condiciones de recursos naturales (humedales, bosques, superficies forestadas) hasta relevamientos agrícolas y urbanos. Con sensores térmicos se puede diagnosticar el estado de mantenimiento de infraestructura ingenieril (puentes, tendidos de alta tensión, etc.). La cantidad de aplicaciones de los drones con distintas cargas útiles es muy grande y excede el ámbito de las ciencias agropecuarias.

Es un programa multidisciplinario.

Así es. A estas dos líneas hay que sumar:

3. Desarrollo normativo

La parte legal que está en manos de abogados de la Facultad de Derecho.

4. Capacitación en el pilotaje de drones

Hay una cuestión crítica vinculada con la capacitación de un piloto de una aeronave. Aunque parezca un juguete operado desde tierra, estamos hablando de un artefacto de aproximadamente 1,5 kg que puede generar un accidente de magnitudes importantes en el espacio aéreo.

¿Qué capacitación debe tener un piloto de dron?

Técnicamente, el controlante de ese dron es un piloto de una aeronave. Es tan piloto como el piloto humano de un vuelo de Aerolíneas Argentinas en un Boeing 737. Obviamente la escala de responsabilidades y las magnitudes no son iguales, pero el piloto del dron tiene que estar capacitado como piloto de una aeronave.

¿Cómo implementan esa capacitación?

Esta línea la desarrollamos en asociación con una empresa de la ciudad de Córdoba (DOS) integrada por pilotos de la Fuerza Aérea. En el 2021 se dictarán dos cursos de pilotaje: uno está en desarrollo en estos momentos y el segundo se abrirá en el mes de julio para cubrir el segundo cuatrimestre.

¿Se prestarán servicios?

Esto que estamos haciendo intenta dar soporte y prestar servicios a empresas e instituciones de la región por caso Ministerio de Seguridad de la Provincia de Santa Fe, áreas de distintas reparticiones de la Municipalidad de Rosario, empresas locales como Transener, etc. Hay distintas líneas de trabajo a nivel ya de prestación de servicios y generación de soluciones a medida.

¿Cómo se realizan en la actualidad los relevamientos que menciónás?

En general no es que el sensoramiento remoto satelital haya perdido terreno frente al dron. El dron le sumó aplicaciones de mucho detalle que con el satélite no se pueden cubrir. O sea que la teledetección satelital sigue estando vigente, pero el dron sumó otra cantidad de aplicaciones. Por esta razón, en nuestro ámbito de desempeño disciplinar se ampliaron las temáticas por las cuales tenemos que preocuparnos.

El dron también viene a cubrir relevamientos que antes se hacían in situ a nivel de percepción sensorial individual. Por ejemplo, para inspeccionar líneas de alta tensión antes tenía que ir alguien, llegar al lugar y poder observar la pieza rota o el desperfecto de manera directa. Ahora se puede enviar un dron que transmite imágenes y hay un intérprete en una oficina que es quien detecta las fallas siempre ayudado por software. En esto no es solamente la observación del video sino que hay un soporte interpretativo que es facilitado por un software que generalmente tiene algoritmos de inteligencia artificial el cual acelera la capacidad de detección de situaciones de interés respecto de lo que puede hacer el ser humano. Complementa al humano incrementándole la capacidad de trabajo. Esto es un poco la síntesis.

¿Otras áreas de aplicación?

En temas vinculados con la seguridad pública. Si las fuerzas de seguridad ante un operativo crítico disponen de drones tienen otro control de la situación operativa. O sea que pueden observar la escena desde otros ángulos, encontrar vías de acceso que desde donde están ubicados no pueden apreciar, etc. En definitiva, ofrece puntos de vista y perspectivas para incrementar  la información que será necesaria para la toma de decisiones. Esto es para todas las aplicaciones prácticamente.

Además el control que se tiene sobre un dron es mayor que sobre un satélite.

Sí. El satélite tiene una órbita prefijada y uno no puede alterar la temporalidad de esa órbita. En algunos tipos de satélite se puede pero tiene costos que son bastante altos. En el caso del dron, el aparato va con uno y uno lo vuela en función de la demanda de información que tenga. Desde ese punto de vista es muy flexible.

CONSERVACIÓN Y USO DE SUELOS

¿Qué trabajos realizan en cuanto a los suelos?

También estamos bastante avocados a lo que es control de erosión hídrica, la cual es la segunda causa de la erosión del suelo a nivel mundial. Esta cuestión está muy presente en la zona de influencia de la UNR ya que tenemos las cuencas del Carcarañá, Ludueña, Saladillo y Pavón, todos arroyos que terminan en el Paraná. Estamos en la pampa ondulada y si el suelo es ondulado tiene pendiente y peligro de erosión hídrica. En esta línea de trabajo investigamos cuestiones de diagnóstico y también tecnologías para solucionar el problema, la cual es otra línea de desarrollo. Tal vez esta línea no es tan atractiva visualmente pero es importante estratégicamente desde muchos puntos de vista a nivel zonal.

Hablar de suelo nos lleva a varios temas conectados: humedales, desarrollos inmobiliarios. Cuestiones que plantean problemáticas de vieja data con poca toma de conciencia.

Tal vez estamos invadiendo espacios que debieran estar reservados para cierta funcionalidad ecosistémica que no estamos respetando. El tema de desarrollos inmobiliarios en ciertas áreas tiene que ver con el manejo de cuencas y desde el punto de vista hidrológico con la impermeabilización de las mismas. Si uno aumenta la superficie impermeable de una cuenca, lo que hace es aumentar la torrencialidad. Esto tiene que ver con el volumen de líquido movilizado en función del tiempo. Entonces el caudal se hace presente con un pico mucho más alto y en un tiempo concentrado. El daño a la infraestructura y la posibilidad de que se desmadre y genere inundaciones implica que hay que agrandar el espacio disponible. Más barrios, más superficie impermeable, más transformación de áreas rurales a urbanas implica un cambio en el comportamiento hidrológico de la cuenca.

Las urbanizaciones evidentemente impactan.

Esto es frente a una situación de urbanización como las que se ven en distintos sectores entre Rosario y localidades vecinas. Pero también sucede aún dentro del uso rural, ya que si uno incrementa la cantidad de monocultivo de soja también se produce una impermeabilización del suelo que va incrementando la torrencialidad.

¿Cómo se puede manejar a nivel agrícola?

El equilibrio en el uso del suelo, si uno pudiera rotar con uso de pasturas y de distintos cultivos, va a mantener y conservar las características hidrológicas de ese suelo frente a la alternativa que lamentablemente ha sucedido en los últimos años. O sea, el monocultivo de soja baja los niveles de materia orgánica, eso hace que el suelo se compacte. El suelo funciona como una esponja, si está compactado absorbe menos y el agua escurre lo cual incrementa la torrencialidad. Si encima incrementamos la superficie construida con estructuras de cemento (veredas, calles, techos de casas) todo empeora.

¿Cuáles son las alternativas?

Básicamente: o respetamos alguna funcionalidad que tengan las cuencas o tenemos que pensar en agrandar la infraestructura para recibir picos de caudal más altos. Tenemos que agrandar puentes, cunetas, alcantarillas porque la cantidad de agua que va a pasar por ahí se dará en un tiempo más corto pero mucha mayor cantidad. Si la alcantarilla o el puente quedan chicos, el agua desborda e inunda.

Parecería que cada vez que se ve un pedazo de tierra libre se considera que no sirve para nada y hay que “aprovecharla”.

Pasa que también tiene un valor inmobiliario y hay gente que lo compra. El suelo está muy caro en la ciudad y la gente para tener su vivienda se traslada a las ciudades y localidades en el Gran Rosario y se produce este efecto de expansión de la mancha urbana que es una expansión bastante poco densa, cuando en realidad la situación un poco más ideal sería un equilibrio entre extensión horizontal y vertical de la ciudad. Para intentar equilibrar algo de todo esto.

URBANIZACIÓN

¿Estas involucrado en el tema de urbanización?

Nosotros participamos de la Maestría en Arquitectura del Paisaje radicada en la Facultad de Arquitectura, Planeamiento y Diseño (UNR) y muchas de estas cosas que te comento se desprenden de la interacción con los colegas arquitectos e ingenieros civiles, muchos de ellos especialistas en planificación urbana. Entre ellos y nosotros le ponemos nombre y apellido a todo esto. El culpable no es siempre el barrio cerrado nuevo, la culpable no siempre es la soja. Hay combinaciones y eso es lo que trabajamos con ellos.

Para complejizar aún más la situación estamos en la cuenca de varios arroyos lo que debe tenerse en cuenta al momento de planificar y construir urbanizaciones.

Eso se llama ordenamiento territorial. Es lo que debiera incentivarse como política pública. Que la comunidad se ponga de acuerdo en dónde coloca las cosas en el territorio. Necesitamos viviendas: ¿dónde las hacemos? ¿en el lugar donde se inunda? No. Hagámoslas en el espacio donde ese problema no sucederá. Dejemos los espacios que se inundan para que el ciclo hidrológico se desarrolle sin afectar a nadie.

Si yo me aprovecho como agente privado, compro un campo muy barato porque es malo e inundable, lo loteo y les vendo los lotes a parejas jóvenes que se quieren hacer su casita ahí están los problemas. En realidad el que termina pagando los platos rotos es el Estado, ya que tiene que salir a arreglar los daños, apoyar a la gente que fue afectada por el fenómeno, etc. El desarrollador privado vendió lo que tenía que vender, hizo las defraudaciones que pretendía hacer, se guardó la plata y se fue. Y nadie más se acuerda. Queda ese problema como pasivo social.

Esto es aplicable a otras situaciones similares.

Lo mismo sucede con cuestiones que serían contaminantes. O sea, hay una manera de equilibrar el uso del territorio teniendo en cuenta las aspiraciones y la identidad local. Y también teniendo en cuenta lo que la gente quiere. Muchas veces la gente necesita trabajo y que se instalen industrias cerca. Hay una manera de que esa industria no genere contaminación o que, si lo hace, se vean disminuidos los impactos negativos, y es con el ordenamiento territorial.

Claudio Pairoba es bioquímico, farmacéutico y doctor por la Universidad Nacional de Rosario. Master en Análisis de Medios de Comunicación y Especialista en Comunicación Ambiental. Miembro de la Escuela de Comunicación Estratégica de Rosario y la Red Argentina de Periodismo Científico. Acreditado con la American Association for the Advancement of Science (Science) y la revista Nature

 

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Satélites y drones para estudiar incencios en las islas.

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