Acompañando y potenciando a una de las industrias más antiguas de nuestro país, con algunas empresas que comenzaron a funcionar hace casi 160 años, la Cámara de Industriales Molineros celebra sus 90 años de trabajo y compromiso con la transparencia y la competencia leal en la actividad, en procura del desarrollo sustentable de la región y el país.

Integrada por empresas de diversos tamaños, esta Cámara es la más antigua del país, representando hoy el 85% de la molienda regional y casi el 60% del total nacional.

De fuerte carácter federal, nuclea a la molinería ubicada en algunas ciudades importantes, pero sobre todos en pequeñas localidades del interior profundo, ubicadas en el norte de la provincia de Buenos Aires y en las provincias de Santa Fe, Córdoba, Chaco, Entre Ríos y la región Noroeste del país, trabajando incansablemente para sostener e impulsar la actividad de los molinos que, en muchos casos, representan la principal actividad económica y el mayor dador de empleo en los pueblos en donde se encuentran emplazados.

Productos siempre presentes en la mesa de millones de argentinos cada día, como panes, facturas, pastas frescas y secas, galletitas, etc., provienen de un proceso de industrialización que comienza en los campos de trigo y los acopios y sigue en los molinos harineros que, a través de procesos de rigurosa asepsia y controles de inocuidad alimentaria, seleccionan el trigo por su calidad, realizan distintos tratamientos para liberarlo de impurezas y lo clasifican para sus diferentes usos para, finalmente, producir los diferentes tipos de harina que son ingredientes esenciales para una dieta balanceada.

Las harinas que se producen contienen un agregado vitamínico determinante para la prevención de graves enfermedades que, gracias a ello, prácticamente han desaparecido en nuestro país, contribuyendo al bienestar y la salud de toda la población.

Sus empresas asociadas participan activamente del mercado externo, exportando a diferentes países y aportando al país las divisas imprescindibles para un desarrollo equilibrado y sustentable.

Desde sus inicios en 1931, la Cámara de Industriales Molineros, entidad sin fines de lucro, rosarina y federal, integra dos instituciones claves de la cadena de valor agroindustrial, como lo son la Bolsa de Comercio de Rosario y su Cámara Arbitral de Cereales, impulsando así la institucionalidad y el desarrollo sustentable del sector agroindustrial. 

A casi un siglo de su creación, continúa vigente, pujante y planteándose nuevos desafíos para los años por venir.