Los futbolistas de Argentina llegaron a Ezeiza acompañados de una multitud y tras pasar un rato en el predio de la AFA se dividieron. Lionel Messi, capitán del equipo nacional, fue uno de los que se tomó un vuelo rumbo a Rosario.

En la ciudad lo esperaron sus hijos y su esposa, a quienes no veía hacía más de un mes ya que la Albiceleste realizó una burbuja sanitaria que comenzó los primeros días de junio, para la doble fecha de Eliminatorias, y se mantuvo durante toda la Copa América para evitar contagios de coronavirus. Por fin, tras semanas de charlas con zoom hubo reencuentro.

Las cámaras pudieron captar el momento en el que Messi bajó del chárter y se abrazó con Antonela Roccuzzo, quien corrió hacia él y le dio un beso en una tierna imagen. Inmediatamente después, la pareja se subió a una camioneta y parecía que se disponía a partir, pero fueron interrumpidos por Ángel Di María.

El goleador de la final en el Maracaná, quien viajó también a Rosario al igual que Giovani Lo Celso, golpeó la puerta del acompañante del vehículo y le advirtió a Leo que habían cometido un error y que las valijas que llevaba eran las suyas. Tras las risas y el intercambio de equipaje, ambos se despidieron y se marcharon rumbo a unas merecidas vacaciones.



Minutos después de abandonar el aeropuerto, Messi llegó por fin al hogar de su familia en donde lo esperaban varios familiares, entre los que se destacaban sus hijos, Thiago, Mateo y Ciro, a quienes abrazó apenas los vio. Mientras tanto, el resto de los presentes acompañaba el reencuentro con el cántico “Dale campeón”, en homenaje al Diez, que por fin pudo dar la vuelta olímpica con la Argentina.