Con apenas 17 años, Facundo Bonanomi mide dos metros y calza talla 53. Estas medidas son producto del Síndrome de Wiedemann, un trastorno congénito con el que nació y que, en resumidas cuentas, provoca que sus huesos crezcan en forma desproporcionada con sus músculos. Además, el joven oriundo de Capitán Bermúdez nació con una discapacidad motora que le inmovilizó parte de su cuerpo y producto de la cual se encuentra en silla de ruedas. Para llevar adelante una calidad de vida adecuada Facu necesita una silla especial que pueda adaptarse a su tamaño, una silla que se fabrica a medida con partes importadas y que hoy tiene un costo de un millón de pesos. Dinero del cual su familia no dispone y la obra social se niega a costear.

“Si bien venían cubriendo todos los tratamientos y respondiendo con las cosas que necesita Facu, ahora se desentendieron con esta silla porque los implementos son importados. Ellos nos autorizan una que es de su prestador, pero no es la que él necesita”, explicó en diálogo con Rosario3 la tía del menor, Andrea Bonanomi.

“Su cuerpo ha avanzado de tal forma que necesita descansar mejor, poder apoyar sus brazos y sus piernas de forma correcta, y tener una inclinación adecuada. Nosotros entendemos que la silla que requiere es cara, pero no estamos pidiendo algo descabellado, no queremos un auto, es un implemento que necesita si o si para poder trasladarse”, agregó.

En noviembre de 2021 la familia de Facu comenzó con su reclamo a la obra social pero hace un mes y medio decidieron que era momento de dejar de lidiar con la burocracia y hacer algo por su cuenta. Es que Facu sufrió un accidente: la silla se rompió y gracias a que en ese momento se encontraba con sus allegados que lo contuvieron a tiempo, no se cayó. “Agarramos otra silla que teníamos de comodín y lo pudimos trasladar, pero ahí dijimos basta”, se plantó Andrea.

“No podemos seguir esperando, el tiempo es de Facu que ve como se trastorna todo su entorno, no sale a dar una vuelta porque las calles están todas rotas, no puede ir a sus terapias por temor a que se rompa la silla”, describió antes de contar que con la ayuda de muchos amigos y vecinos que enseguida se solidarizaron con la situación emprendieron una colecta para intentar reunir el dinero por su cuenta.

“Mucha gente se acercó a casa a querer donar plata, o a ayudar a su manera. Mi hermana dejó su cuenta de Mercado Pago sólo para recolectar el dinero y hasta el momento hemos reunido unos $200.000, que es apenas una cuarta parte de lo que se necesita”, afirmó y destacó que ese millón de pesos es a cotización de hoy, y que dentro de unos días puede variar, allí también radica el apuro por conseguir la plata.

Además, en los próximos días estarán realizando sorteos de camisetas de Newells y Central y de otros elementos que les donaron, en tanto que los vecinos están vendiendo pizzas, “la gente está moviéndose y estamos sumamente agradecidos a todos”, remarcó la tía del menor.

El CBU para colaborar: Silla.postu.facu.mp. A nombre de Milagros Bonanomi