Un joven utiliza una estrategia que ya es famosa en varios negocios de Rosario: se hace pasar por vendedor de hielo, pero en realidad lo hace para distraer a sus víctimas y robar plata u objetos de valor.

El delincuente merodea por los locales gastronómicos de la ciudad. Se presenta en la barra y dice que viene a traer las bolsas de rolitos. Ante algún gesto de desconfianza, argumenta que es nuevo en la empresa.



A veces no logra su cometido, pero cuando los propietarios, encargados o empleados que están detrás del mostrador se distraen o van a chequear si efectivamente les hace falta hielo, aprovecha para robar lo que tiene a su alcance.

Por ejemplo, en el Mercado del Patio fue grabado robando el tel{efono celular de la encargada, siempre con el mismo engaño.