Un funcionario en Japón decidió irse de fiesta cargando consigo elementos del trabajo, como una USB con los datos de los habitantes de la ciudad donde vive, Amagasaki, al noreste de Osaka, y no midió las consecuencias de perder miles de datos.

Según relata el medio Vice, el funcionario, al terminar la jornada laboral ingresó a un bar donde bebió más de la cuenta y amaneció “tirado en la calle”.

Resulta que el protagonista de esta historia, con la intención de continuar trabajando fuera de su oficina en su computador personal, se llevó sin permiso de la organización para la que trabaja el pendrive con los nombres, apellidos, fechas de nacimiento, domicilios, números de cuentas bancarias y datos fiscales de las 465.177 personas que viven en el área de Amagasaki.

Todo esto le ocurrió al hombre que trabajaba para la compañía BIPROGY, la cual fue contratada por el gobierno de la ciudad para recoger y procesar los datos de viviendas y familias que cumplían con los requisitos para ser eximidos de pagar impuestos.

La sorpresa fue para los funcionarios del gobierno cuando se enteraron por medio de una denuncia hecho por la compañía a una estación de policía, que los datos que habían entregado bajo un acuerdo de confidencialidad entre ambas partes, se encontraban extraviados y sin pista alguna de su paradero.

Tras este hecho, la administración municipal se vio en la obligación de publicar un comunicado de prensa ofreciendo disculpas a todos los residentes de la ciudad y los afectados por lo ocurrido.

Sin embargo, estas disculpas públicas y por escrito no calmaron los ánimos de algunos habitantes, pues fueron en total 30 mil personas las que llamaron enfurecidas y en medio de un ataque de nervios a las oficinas de la ciudad para manifestar su preocupación por lo sucedido.

Y con toda razón, si estos datos que no son pocos, cayeran en las manos equivocadas, la ciudad entera podría estar enfrentándose a diferentes crímenes cibernéticos como estafas, robos a cuentas bancarias o suplantaciones de identidad para continuar sustrayendo información sensible de otras personas, práctica que también se conoce como “phishing”.

Sin embargo, la particular situación no terminó en tragedia por fortuna, porque Japón es una de las sociedades más seguras del mundo.

Aún con lagunas mentales, el empleado de BIPROGY, logró recordar algunos de los sitios por los que había caminado estando borracho, y efectivamente frente a un edificio se encontraba el maletín del sujeto, justo en el mismo sitio dónde lo abandonó y con la unidad USB.

En todo caso, después del final feliz de esta historia, el gobierno de la ciudad informó que la USB contaba con un sistema de seguridad que encripta la información contenida para que no fuera fácil acceder a ella. También, indicaron que no había muestra de intentos de vulneración de las barreras de seguridad de la memoria.

BIPROGY, es una empresa del sector de los servicios informáticos que lleva más de 60 años trabajando con diferentes organizaciones y administraciones municipales del país del sol naciente. Por lo que ahora tendrán la ardua tarea de recuperar su credibilidad y reputación.

La empresa ha asegurado que “brindará educación y orientación exhaustiva a todos los funcionarios, empleados y empresas afiliadas”.

No obstante, queda el interrogante de si este descuido del empleado, podría tratarse de otro caso de sobrecarga laboral, una problemática latente en varios países de Asia.