Un joven de 20 años que estaba preso y se tragó una bombilla se escapó del hospital en el que lo operaron, aprovechando un descuido de la custodia policial mientras estaba internado, y fue recapturado durante las últimas horas.

El preso, identificado como Carlos Gabriel Olivares, tuvo que ser internado de urgencia en el hospital San Martín de la ciudad de Paraná, Entre Ríos, en la madrugada del 10 de enero. El joven había dicho que estaba sufriendo una crisis de nervios por un conflicto familiar, pero tras la realización de varios estudios se comprobó que se había tragado una bombilla.

A partir de allí se lo derivó al sector de cirugía para avanzar con la operación, que se realizó el 25 de enero. Durante toda la internación estuvo custodiado por personal del Servicio Penitenciario, pero fue luego de la cirugía cuando Olivares vio una oportunidad para fugarse, cuando los efectivos policiales pensaron que estaba dormido por la anestesia.

Al advertir su ausencia, se dio alerta y se inició la búsqueda para dar con el prófugo, que tras varios operativos fue recapturado en la vivienda de un familiar "con la que tendría algún vínculo afectivo", en el barrio Las Flores de la mencionada localidad.

Una vez recapturado, fue derivado nuevamente al hospital donde le habían realizado la intervención quirúrgica, en donde deberá quedarse cumpliendo con el plazo correspondiente del post operatorio para luego ser trasladado a la Unidad Penal 1, donde cumple condena.

Las autoridades de la cárcel de Paraná informaron a la fiscalía en turno que hace un tiempo atrás el preso había tenido un altercado con sus familiares. Esto habría provocado que en los últimos días haya tenido una recaída emocional que lo habría llevado a tomar la decisión de autolesionarse tragándose la bombilla.