Una de las industrias más importantes del planeta, y a su vez, una de las más contaminantes es la de la producción de carnes para consumo humano pero presenta dos problemas: tiene un alto impacto ambiental y un bajo nivel productivo según el Instituto Humboldt de Colombia.

Ante la creciente preocupación sobre el cambio climático, Lisa Dysen y John Reed unieron esfuerzos, buscando utilizar una investigación de Nasa la cual fue trabajada en 1967, en al cual se pensaba crear carne del aire; sin embargo, la idea no pudo progresar, hasta ahora que se ha buscado la forma de crear carne utilizando el dióxido de carbono que existe en el aire.

Air Protein es una empresa emergente, al cual busca elaborar la primera carne de aire del mundo: "Convertir los elementos del aire en proteínas sostenibles que eliminen el compromiso entre el sabor, la nutrición y la amenaza climática" señala desde su página oficial. El consumo de carne se incrementó en el mundo, se estima que el consumo de carne por habitante del mundo es de 2,9 kilos.

Las iniciativas ambientales vienen buscando desde hace tiempo combatir el cambio climático, provocado por el consumo de carne, buscando alternativas vegetales y desarrollando alimentos a base de soya, siendo estas alternativas interesantes; sin embargo, ahora con creación de carne a raíz de Co2 del proveniente de aire y con ayuda de bacterias, se cuenta con una alternativa para el consumo de esta proteína, la cual tiene un proceso de creación es menor al de otros sustitutos de carne animal, siendo que se estima que solo se necesitan 4 días para su desarrollo, mientras que productos como la soja ocupan 3 meses, el pollo 5 meses y la carne de re 2 años.

Para poder elaborar la carne se utiliza un proceso similar al de la creación del yogur. Se cultivan microbios hidrógeno tróficos en tanques que luego se van alimentando con dióxido de carbono, oxígeno, minerales, agua y nitrógeno. Con la masa resultante se puede producir una harina rica en proteína y que luego puede constituirse en diferentes texturas para asemejarse a pollo, res o pescado.

Este tipo de producción alimentaria no requiere de la cantidad de tierras extensiva que la ganadería exige, pues se usan tubos para recoger el dióxido de carbono en el aire. El proceso requiere de 1.5 millones menos de espacio para poder hacerse, además, reducir en alrededor de 15 mil veces menos el agua utilizada para la producción de carne.

Ya tienen cerca de 30 millones de dólares entre los inversionistas que le vieron futuro al proyecto. Finalmente, es probable que alimentarse con reemplazos de carne animal se vuelva cada vez más barato si este tipo de proyectos siguen siendo foco de inversión e investigación, según publicó El Tiempo.