Un pueblo español que quedó sumergido en los años 90 bajo las aguas de un embalse en la provincia de Ourense, en Galicia, vuelve a emerger cada año, y este no fue la excepción.

Las calles, viviendas y todo el mobiliario urbano del pueblo Aceredo se hundieron luego de que una hidroeléctrica portuguesa cerrara el 8 de enero de 1992 las compuertas del embalse de Lindoso situado en el río Lima, que fluye por España y Portugal.

Estos días, con el embalse al 20 %, se puede ver partes de las casas destruidas de las que apenas se mantienen los muros en pie. Asimismo, reaparecen carros oxidados, árboles muertos y algunos enseres que flotan en el estanque.

A pesar de haber estado bajo el agua durante 30 años, el pueblo aún conserva los contornos de las tierras de labranza delimitadas por muros de piedra, antiguas carreteras y caminos. Incluso se pueden ver coches viejos y oxidados abandonados.

Los muros de la mayoría de los edificios quedaron destruidos por el agua, pero algunos se conservaron sorprendentemente bien. En algunas de las casas en ruinas se pueden ver objetos personales de los antiguos propietarios, como botellas de vidrio.

El futuro de Aceredo quedó sellado cuando, en 1968, España y Portugal cerraron un acuerdo para utilizar el río Lima para construir una presa. El acuerdo incluía inundar los pueblos a lo largo de las riberas del Lima y reubicar a los habitantes.

En Aceredo había un total de 70 casas en las que vivían unas 120 personas. Para desalojarlos, la empresa portuguesa EDP les ofreció una indemnización. Pero la mayoría de los aldeanos no estaba dispuesta al principio a abandonar sus hogares.

Finalmente, la empresa convenció al 51% de los habitantes del pueblo para que aceptaran el dinero y se trasladaran, por lo que el resto no tuvo más remedio que aceptar también. Los habitantes de la zona tuvieron que abandonar sus casas para siempre. Aceredo estaba inundado. Junto con él, otros cuatro pueblos desaparecieron bajo el agua, según publicó SputnikNews.