Cuando hace un año se empezaron a filtrar los renders del Club Social y Deportivo Los Teros, la nueva institución que llegaría a Roldán, no faltaron quienes empezaron a hacerse los rulos pensando que se trataba de grandes capitales que ponían un ojo en la localidad para levantar un mega complejo deportivo como esos que asoman en ciudades vecinas. Sin embargo, la realidad era totalmente la opuesta: se trataba de un grupo de vecinos que con muchas ganas pero sin ningún tipo de recurso económico había pensado la idea de armar un club en uno de los rombos centrales que tiene ese barrio, espacios verdes que hasta ese momento estaban deshabitados.

Nicolás Ricciardi es hoy vocal titular en la Comisión Directiva ya conformada de manera formal y fue uno de esos primeros ideólogos del Club. “Hicimos los renders con la idea de mostrar seriedad porque veíamos que los grandes proyectos cuando salen a exponerse lo hacen de esa manera y con mucho marketing. Pero nos terminó jugando en contra porque empezaron a pensar cualquier cosa”, relata lo sucedido ya como una anécdota.

Luego de pasar ese primer nubarrón cuando aun no siquiera sabían a ciencia cierta qué recepción tendría la idea, comenzaron las etapas formales: la primera fue presentarla ante el municipio y ante el Concejo, órgano frente al cual debieron trabajar una ordenanza para lograr que les otorgaran el usufructuo por 30 años del predio de una hectárea. 

“Todo surgió en un gimnasio que había en el barrio. Los que íbamos éramos nuevos habitantes de la ciudad y pusimos un papel para juntarnos a jugar al fútbol sin tener que trasladarnos a Funes o Rosario. Se anotaron más de 80 personas, todos con la misma problemática: poder hacer una actividad dentro del barrio. Incluso los que tenían hijos, contaban que les pasaba lo mismo con los chicos. Ahí alguien tiró la idea de hacer un club, ya teníamos visto lo que habían hecho con El Muelle, el club del barrio Las Tardes que está muy cerca del nuestro. Nos juntamos todos, cada uno puso lo que sabía hacer y así empezamos a armarlo”, cuenta Nicolás al tiempo que hace una salvedad fundamental: “De entrada estuvo prohibido hablar de política o de otros clubes de fútbol”

A ese primer encuentro le siguió una encuesta virtual y luego charlas personales con los vecinos del barrio para sondear cómo sería recepcionada la idea. Más tarde llegó el turno de presentarse ante el intendente y enseguida como la cosa venía en serio, encarar la personería jurídica.

“Una vez que tuvimos eso, fuimos al Concejo a presentarnos para pedir el espacio, y una vez que nos lo dieron (en noviembre de 2021), comenzamos a trabajar”, recordó. Una de las primeras cosas que surgieron fue darle una vuelta de tuerca al proyecto original, con el objetivo de aprovechar mejor todo el espacio disponible.

Hoy el proyecto pasa por poder hacer una cancha de futbol 7, pileta de natación con medidas reglamentarias para la práctica de waterpolo y natación de competición, cancha de básquet y vóley con medidas reglamentarias, un espacio para gimnasia artística y deportiva, un playón polideportivo para actividades sociales, futbol cinco, y patín, además de un área social con parrillero.

“Con esta idea de dejar todo bien encaminado, nos presentamos al nuevo intendente, nos pidieron hacer una presentación municipal para el visado del proyecto de modo que las comisiones directivas que nos sucedan sigan el mismo lineamiento”, especificó Nicolás y aclaró que dentro del proyecto también hay un área cultural, “queremos no solo poder generar teatro, música sino también ser parte de cursos, talleres, apoyo escolar, enseñanza de diferentes lenguajes”, amplió.

Las primeras obras

“La idea, el proyecto, las ganas y la gente están. Es lo primero que hay que tener. Nos encontramos con que en un año logramos la personería jurídica, conseguimos el terreno y a partir de ahí trabajamos todos en conseguir recursos. Nos anotamos en subsidios de Nación, de Provincia y cada ayuda que llega de legisladores es bien recibida”, comentó Nicolás.

De entrada sabían que no iba a ser fácil conseguir los recursos económicos y que las obras que deberán llevar adelante son costosas. No es algo que los desmotive, sino todo lo contrario. “En el verano hicimos una primera reunión de inicio donde trajimos un número circense, vendimos comida, y eso nos dejó una recaudación. También estamos con una campaña de socios para lograr que paguen una pequeña cuota societaria”, detalló.

Hace muy poco lograron terminar el pilar de luz y están esperando ahora la conexión de la EPE. Ya hicieron un primer parrillero y una plantación de pinos en el área social además de la nivelación del espacio para hacer la cancha de futbol siete. Colocaron una bomba de agua para generar riego propio e hicieron 150 metros de tejido perimetral a la espera de la semana que viene poder terminar de cercar la cancha para poder comenzar las actividades. Ya colocaron arcos de fútbol y compraron las redes, y en breve pondrán también siete postes de madera para iluminación.

“La primera obra de infraestructura que vamos a hacer son dos baños y un cuartito de guardado para poder tener actividad en la cancha que va a ser de futbol siete y de hockey recreativo. Sin presupuesto y con muchas donaciones hemos hecho un montón. Este sábado se hace la primera asamblea para la aprobación del balance. Cada comisión va a durar cuatro años, nosotros pusimos la base”, recalcó.