En el béisbol es común que cuando una bola sale de la cancha, algún jugador la toma y se la arroja a los fans. En esta ocasión, el afortunado es un niño que ya tenía en su poder una pelota traída de su casa. Una vez atrapada la que vale, el chico hace un pase de manos y le regala la otra bola a una hermosa rubia que se muere de amor por el acto de generosidad
Por Rosario3
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