Luego de que el tribunal oral de Resistencia le otorgara la prisión domiciliaria a Patricio Gorosito, uno de los líderes de Carbón Blanco, por supuestos problemas de salud, el fiscal Federico Carniel cuestionó la decisión al considerar que existe peligro de fuga. En cambio, propuso que cumpla su condena de 19 años de prisión en la cárcel de Ezeiza.

En diálogo con el programa Radiópolis (Radio 2), Carniel brindó explicaciones sobre su postura luego de lo decidido por los jueces Ramón González y Eduardo Belforte. “El agravio como fiscalía es que no se agotaron todas las instancias para este tipo de casos. Los informes médicos dijeron que en la unidad 7 de Chaco corría riesgo de vida porque si bien hay atención médica, el acceso a una medicina de mayor complejidad médica es un trastorno para este tipo de patologías”, señaló.

En este sentido, desde la Fiscalía se solicitó que Gorosito fuera derivado a otro instituto carcelario “con aparatología médica adecuada a este tipo de enfermedad”. Cabe señalar que el interno “tiene 65 años y sufre patologías por su obesidad mórbida. Pesa 134 kilos y mide 1.75 metros, padece de diabetes, problemas cardíacos e hipertensión arterial”, precisó.

“Este Ministerio Público pide que se lo traslade a Ezeiza, porque si lo mandamos a casa, motivos para fugarse le sobran”, advirtió y destacó: “Si a esto le agregamos la situación económica que ostenta, si calculamos lo que pudieron haber obtenido de la venta de la cocaína a Europa, es dos más dos cuatro”.

Consultado por el periodista Roberto Caferra sobre la posibilidad de que haya existido algún hecho de corrupción vinculado a este permiso, el fiscal descartó “que los fundamentos no sean otro que el jurídico”. Y aclaro: “Se sintieron todos los pasos que hay que seguir, una junta médica, audiencias de la que participamos y se resolvió así. De ahí a decir que hubo beneficio para los jueces, a eso no lo considero”.

En cuanto a las repercusiones que tuvo el caso en el Senado, donde el jefe del bloque oficialista, Miguel Pichetto, presentó un proyecto de resolución para repudiar la concesión del beneficio de la prisión domiciliaria e instruir a los senadores que integran el Consejo de la Magistratura que "investiguen el desempeño de los magistrados", sostuvo: “Pichetto tiene la libertad de hacer lo que entienda, no me parece mal, no lo voy a cuestionar”, manifestó.

Finalmente, lamentó los peligros a los que está expuesto debido a esta causa: “no estoy acostumbrado a que nos sigan a dónde vamos”, expresó en relación a la custodia que mantiene toda su familia. “Está dentro de lo que es mi trabajo, cobro bastante bien pero estos riesgos se han agravado cuando este tipo de gente tiene acceso a un celular. Hoy en día se pueden hacer un montón de cosas. Es una situación para tener en cuenta”, observó.

El tribunal de Casación determinó que la organización liderada por Gorosito y Carlos Salvatore, que enviaba a Portugal y España cargamentos de cocaína camuflados en bolsas de carbón vegetal desde Chaco, funcionaba como una asociación ilícita con el objetivo de realizar un contrabando de estupefacientes agravado por la cantidad y la pluralidad de los partícipes.

Los magistrados condenaron a Gorosito a 19 años de prisión y a Salvatore, a 21, mientras que los otros imputados, Juan Carlos Pérez Parga y Héctor Roberto, fueron sentenciados a 17 años, y Rubén Esquivel, a 12.

Según informa el periodista Germán de los Santos en el diario La Nación, el viernes pasado, Gorosito volvió a su casa en Arroyo Seco, en 3 de Febrero al 1200. Como informó La Nacion en abril pasado, Gorosito salía frecuentemente de su casa. Hasta que le levantaron la prisión preventiva, antes del juicio, no tenía ni siquiera custodia policial.

En la causa, conocida como Carbón Blanco y que llegó a juicio y terminó a mediados de septiembre pasado en Resistencia, se probó que esta organización traficó más de 1000 kilos de cocaína a Europa. La droga era camuflada en cargamentos de carbón vegetal que salían de una planta situada en la ciudad de Quitilipi, en Chaco.