Con gol de Marquinhos a los 36 minutos del segundo tiempo, el equipo de Gallardo cayó 1 a 0 frente al conjunto de Belo Horizonte por el partido de ida de los cuartos de final de la Libertadores.

El único gol del encuentro lo anotó el volante Marquinhos a los 36 minutos del segundo tiempo en el cotejo que fue controlado por el chileno Enrique Osses.

Así, Cruzeiro, que acumuló 9 victorias contra apenas 3 del 'Millonario', tendrá ventaja de cara al partido revancha a jugarse el miércoles próximo en Belo Horizonte por el pase a las semifinales.

River se vio sorprendido en los minutos iniciales porque Cruzeiro, bajo el sistema táctico 4-2-3-1, clausuró los ataques por los laterales, lo atacó y le generó interrogantes en la última línea defensiva que sufría con las imprecisiones de Leonardo Ponzio y Matías Kranevitter en la línea de volantes, en un campo blando y rápido.

El volante Willians contó con una buena chance (2min), de cara a Marcelo Barovero, luego de la ejecución de un tiro libre que desnudó falencias en la marca riverplatense.

Para colmo, Barovero protagonizó un blooper que corrigió Ramiro Funes Mori con un despeje que tranquilizó a los hinchas de River que seguían cantando contra Boca Juniors.

El equipo de Marcelo Gallardo mejoró su producción, con el envión de haber eliminado a Boca, se asentó en campo rival, con más presencia de Ponzio y Kranevitter, y la aparición del colombiano Teófilo Gutiérrez, y las proyecciones del juvenil Emanuel Mammana, quien respondió a la confianza que le dio el entrenador y por momentos salió jugando como si fuese un experimentado lateral por la derecha.

El 'Millo' exhibió su mejor momento en la primera parte a los 16 minutos con el pase en profundidad que Gutiérrez no alcanzó a conectar ante la salida desesperada del arquero Fabio y el remate de Mora cerca del punto penal que se fue desviado tras el centro por derecha de Sánchez.

Poco después, a los 30, Teo Gutiérrez sacó un fuerte remate que pegó en la parte externa de la red luego de una buena jugada individual de Mora que con su despliegue exigió a la defensa de Cruzeiro.

Sin embargo, River, que necesitaba más del aporte de un irregular Gonzalo Martínez por izquierda, se reiteró con errores en defensa y a los 32, el inquieto Leandro Damiao superó la velocidad de la última línea, mal parada luego del pase largo del uruguayo Giorgian de Arrascaeta, y mano a mano con Barovero no tuvo justeza en la definición.

En el comienzo de la segunda parte, River no encontró variantes ofensivas porque Gutiérrez se apagó, Mora se perdió entre los defensores y Martínez no se redimió del flojo primer tiempo.

Entonces, con Cruzeiro en actitud de contraataque y que clausuró una vez más los avances por los laterales, Gallardo dispuso los ingresos de Camilo Mayada y Leonardo Pisculichi (para generar fútbol o aprovechar el balón detenido) por Ponzio y Martínez, respectivamente, pero a River le costó asentarse, con un pase de factura en lo físico incluido por la intensidad del primer tiempo.

A los 17, Cruzeiro tuvo una oportunidad muy clara cuando Leonel Vangioni sacó sobre la línea el remate del batallador Damiao, y River, que veía como corrían los minutos sin un gol a favor, contestó (22min) con la pared entre Gutiérrez y Kranevitter que finalizó con el disparo con pie derecho del colombiano que pasó cerca del segundo palo.

El equipo de Núñez, que viene de una producción escasa a cuanto goles en los últimos encuentros (1 en 6 cotejos), incrementó su nerviosismo a medida que el reloj marcaba la aproximación de la finalización del encuentro.

A los 37, recibió un fuerte golpe con el gol de Marquinhos que definió sin marcas luego de varios rebotes en la defensa, ante el incansable y figura Damiao, que se la bajó en el área al ingresado Gabriel Xavier y en el frente a frente ante Barovero generó que el balón fuese a los pies del goleador de la cálida noche de otoño en el Monumental.

Cruzeiro, la 'Bestia Negra' de River en el historial (9 victorias contra 3 derrotas) hizo su negocio, pero el 'Millonario' no encontró respuestas para revertirlo porque Pisculichi, que continúa en un bajo nivel futbolístico, no le dio las soluciones que precisaba.

Los dirigidos por Gallardo se retiraron aplaudidos y apoyados por 57 mil hinchas, pero saben que la revancha del próximo miércoles en Belo Horizonte será muy difícil y que el pase a las semifinales se complicó más de lo pensado.