Después de dos días con amenazas de tormenta, la ayuda prometida para los isleños pudo concretarse este miércoles. Lanchas de Prefectura y de la Municipalidad cruzaron el río con asistencia, sobre todo alimentos y agua mineral, y la entregaron a las familias que viven del otro lado del Paraná, cuya altura llegó por la tarde a 5,32 metros, dos centímetros por encima de la marca de evacuación para la ciudad.

Un equipo de El Tres acompañó a las embarcaciones y habló con las personas que deben decidir entre dejar su casa y sus pertenencias o quedarse a resistir la crecida, que amenaza con profundirzarse. (Ver video de parte 1).

Marisa, habitante de la zona de La Invernada, madre de seis chicos, contó al periodista Daniel Amoroso: “Tenemos que seguir acá, tenemos todas nuestras cosas acá, irnos a otro lugar nos parece imposible”.

Carla, del Espinillo, aseguró que intentó iniciar una “autoevacuación” y buscar un lugar en Rosario pero no consiguió porque le resultó muy caro. Narró los motivos de su decisión: “Mi hijo se me cayó dos veces al agua, en una no lo alcanzaba por la correntada y me asusté un poco. Prefiero prevenir que curar”.

La mudanza, sin embargo, no es posible por ahora. “Está fuera de nuestro alcance (un alquiler), vivimos de la pesca”, dijo y reconoció: “Nos duele mucho dejar esto pero no nos queda otra, es por nuestros hijos”.

En la segunda parte del informe, se puede ver cómo la escuela Sastre quedó en los últimos días como lugar de tierra firme. Allí llegó la ayuda de la ONG Paloma de paz, con golosinas para los niños por el día de los Reyes Magos.

Rubén Ferreyra, director de la escuela 1139, señaló que los isleños en general “se resisten a irse hasta que el agua no los apure” porque además de sus viviendas (que están elevadas y aún fuera del alcance del río) tienen sus redes, motores y equipos de pesca.

Además, aseguró que la crecida “es una situación casi normal” que se repite todos los años, aunque no con la gravedad de este inicio de 2016. “Están habituados, tienen sus casas preparadas, pero no deja de ser un riesgo y un problema, no solo por el agua”, añadió.

Mario Chaparro, que vive en Rosario pero sigue de cerca lo que ocurre en la isla, donde es el preceptor de la escuela Sastre, completó el recorrido de la zona con el equipo de El Tres (ver parte 3) y advirtió por otro de los riesgos de la crecida: la presencia de víboras y alimañas.