A poco de iniciarse la búsqueda de los restos de Paula Perassi en una cava entre Timbúes y Puerto San Martín, su padre, Alberto, inició una huelga de hambre para que “le devuelvan sus huesos”. Incansable luchador para descubrir qué fue de Paula, ahora Alberto decidió encadenarse en la puerta de los Tribunales sanlorencinos para acelerar las cosas. “Acá apuesto todo”, sentenció e insistió en que el caso estuvo viciado en irregularidades.

“Yo quiero los huesos de Paula, que negocien y me den los huesos de Paula”, enfatizó en diálogo con Radiópolis, el programa que conduce Roberto Caferra por Radio 2.

Alberto decidió tomar esta medida extrema este lunes. Cerca de las 8 se encadenó con su esposa, pero aclaró que sólo quedará él allí ya que ella debe cuidar a sus nietos.

“Yo me quedo hasta que me saquen en camilla”, aseveró.

Respecto de los principales sospechosos de la desaparición de Paula –el empresario con quien mantuvo un relación y su esposa– Alberto aseguró que los sigue viendo por la ciudad. “Ellos andan como si nada hubiera pasado”, lamentó.

En tanto, sobre Eduardo Filocco, el juez que tuvo la causa a cargo, dispensó duras críticas por su inacción todos estos años.

El miércoles pasado, el gobierno provincial triplicó el monto de la recompensa ofrecida a cambio de información sobre la joven desaparecida y este lunes el Equipo de Antropología Forense empezó la búsqueda de su cadáver en una cava entre Timbúes y Puerto San Martín. El abogado de la familia, Adrián Ruiz, estimó que el trabajo demorará de uno a seis meses.