Los ronquidos siempre fueron considerados una molestia, pero no es algo que se deba tratar a la ligera dado que puede afectar nuestra salud. Se producen cuando las vías respiratorias de una persona se estrechan, provocando que, al respirar, el tejido de la garganta vibre cuando el aire pasa por ahí.

Los científicos calculan que aproximadamente uno de cada cinco adultos padece trastornos respiratorios del sueño.  Sin embargo, el 80% de los pacientes que padecen estos trastornos no han sido diagnosticados ni tratados.

Algunas de las causas que contribuyen a roncar más intensamente, son:

- El sobrepeso
- Fumar antes de dormir
- Beber alcohol
- Luego de un día muy cargado de actividades
- El sedentarismo

Con el tiempo, a los ronquidos se le suman otros trastornos como la respiración superficial (hipopnea), o la falta de respiración (apneas) o el sueño alterado, donde normalmente la pareja o la familia son los que inicialmente reconocen el problema.

Durante la apnea del sueño, las personas que roncan dejan de respirar, y esto puede llegar a ocurrir cientos de veces cada noche. Es importante recibir un diagnóstico preciso, ya que ésta tiene muchas repercusiones en la salud. La apnea eleva el riesgo de sufrir ataques al corazón, depresión y diabetes.

Algunos de los síntomas que permiten detectar un trastorno del sueño, son:

- Si amanece frecuentemente con la boca seca, lo que indica que el ronquido es más intenso
- Si está cansado durante el día y ese cansancio se vuelve crónico
- Si tiene problemas de atención o de memoria
- Si se queda dormido fácilmente, o tienen que hacer algo para no quedarse dormidos a pesar de haber dormido el tiempo suficiente

La importancia de tratar este problema, radica en que estos “ronquidos del mal dormir” están relacionados con enfermedades cerebrovasculares (ACV), cardiovasculares (infartos de miocardio e hipertensión arterial), depresión, obesidad, diabetes, mayor riesgo de complicaciones quirúrgicas y/o de mayor estadía hospitalaria, o aumento en el índice de accidentes de tránsito, entre otros.

El diagnóstico de este problema se realiza con un simple estudio  llamado Polisomnografia. Además de los tratamientos médico, higiénico (evitando el consumo de alcohol, tabaco, miorelajantes, ansiolíticos o tranquilizantes) y nutricional (descenso de peso), el tratamiento con equipos que generan presión positiva en las vías respiratorias durante estos ronquidos y apneas, constituye la terapia más segura y efectiva para las personas que padecen este problema poco conocido.

 

Fuente: Grupo Gamma