Central se organiza a través de la buena presión sobre el inicio rival y en las recuperaciones ocasionadas en la zona media. Estos factores claves en el triunfo ante Racing cobraron sentido a partir de las intervenciones de Fernando Barrientos. El ex Lanús es un mediocampista de control. No la pierde o rara vez le roban la pelota. Se toma su tiempo para dar equilibrio a partir de la tenencia del balón y dar un buen pase. Si en algún partido el equipo de Coudet no lo encuentre, sufrirá. Barrientos multiplica la opciones de ataque de Central porque se toma el tiempo debido para que sus compañeros reciben en mejores condiciones. Su vínculo e interacción con Fernández, interior zurdo, no estuvo al nivel de exigencia que solicitará el desarrollo del torneo. Marco Ruben modificó la estructura y la identidad del fútbol canalla. Es el primer defensor. Roba desde atrás y tiene movimientos adecuados en la presión para que el rival tenga menos posibilidades de pase en la salida. En cada pelota larga estuvo presente para luchar y darle aire a Central cuando Racing lo atacaba. Del delantero depende que el equipo siga siendo corto, no tenga tantos metros entre la línea defensiva y la línea más adelantada. El saque desde el arco de Caranta siempre fue largo, alto y así se ordenó Central. Pelota larga, bien larga, porque el disparo del arquero llega bien lejos y a eso se adapta el equipo. Ya tiene mecanismos para tomar la segunda pelota, el rebote tras el saque desde el arco. Contra Racing los ganó a casi todos y partir de esa jugada creó peligro. Observen las veces en que Central toma el rebote tras el saque de arco de Caranta, ahi obtendrán un dato clave para la interpretación del partido.