Había pasado un año y cuatro días del último partido donde Federico Carrizo jugó un encuentro completo como local con la camiseta de Rosario Central. El encuentro del pasado viernes frente a Gimnasia de Jujuy, que encontró a un eclosionado Carrizo ingresando en el complemento logrando modificar el partido, viene tal vez a hacer justicia con un jugador que durante todo un año sólo pudo completar 90 minutos en dos oportunidades (frente a River en el Monumental en noviembre del año pasado y en el último partido de la promoción frente a San Martín en San Juan, el 1 de julio de 2012). En los demás encuentros alternó entre ingresos durante el segundo tiempo, alineación titular con reemplazo o teniendo que ver todo el partido fuera del terreno de juego.
Algunos dirán que las oportunidades estuvieron y no fueron aprovechadas, pero lo cierto es que Carrizo no completa un partido en el Gigante desde el 12 de noviembre de 2011 (victoria frente a Aldosivi por 3 a 1). Hace muy poco tiempo, el jugador de Villa Giardino (Córdoba) estuvo a punto de abandonar el fútbol, cansado por su falta de suerte. Hubo rumores de indisciplina y de supuestos castigos. Cada tanto, el volante-extremo solicitaba un contexto mejor. Ingresar cuando faltan 20 minutos y con un resultado adverso,no es bueno para ningún jugador.
Muchas veces Aurelio José Pascuttini, coordinador del fútbol formativo canalla, sostenía: "Sigo confiando en Fede". Ante tantas críticas, el que sabe lo bancaba. Sería bueno que antes de criticar o de solicitar a gritos la jubilación de un jugador de fútbol, se le consulte a los entrenadores que tuvo ese jugador durante su proceso de formación. Recién ahí,obtendremos pertinentes respuestas y sabremos si vale la pena o no. Pero claro,es más fácil dejarse llevar por la adrenalina del momento, escuchar el nefasto"hasta yo lo hacía" de algún periodista y culparlo. Y si se puede,mientras el jugador comienza a descender por el túnel de los vestuarios,gritarle con voz ronca mientras nos besamos el escudo en nuestra camiseta: "Esto es Central, macho. Así no".
A pesar de la victoria, Central sigue jugando mal. O parece que no sabe a qué juega. La indefinición de un estilo propio es un algoritmo que se repite en cada torneo. Pasa Rivoira, Merlo, Pizzi y hasta Russo y, sin embargo, la huella de identidad es la irregularidad en los resultados y, sobre todo, la irregularidad en un patrón de juego. En el medio del caos, puede reaparecer Carrizo y hacer golpear a más de uno contra la pared. Hacerle recordar a algunos entrenadores sus decisiones de no convocarlo, de marginarlo, de desjerarquizarlo frente a sus compañeros y que el cordobés cambie el tono de un partido. Si analizamos el mercado de fichajes de Rosario Central, desde 2010 incorporó en promedio un jugador cada tres partidos. La pregunta puede sonar especuladora, pero ¿Cuántos partidos como los del viernes se habrá perdido Carrizo por culpa de la falta de confianza de algunos técnicos por un juvenil categoría 1991?. Por lo pronto, repasemos algunas de sus últimas actuaciones en el video.
Pocas decisiones de Russo invitan a imaginar un futuro mejor. Pero hubo dos que permiten hacerlo. Una, detectar que unos de los problemas de su equipo es la permeabilidad que tiene con la impaciencia de cualquier hinchada que vive un momento como este. Esto ocurre en casi todos los equipos del mundo. Cuando no existe un estilo marcado, es fácil que las conductas dentro del campo de juego se contagien del contexto. Si hay castigo, indiferencia, o impaciencia, peor juego habrá. Desde el primer día, Russo lo marcó y todos hablamos de las posibles "pautas para armonizar la orquesta canalla".
La otra gran decisión es darle el eje del medio campo a Nery Domínguez, la piedra angular. Faltó frente a Jujuy pero volverá mañana en Misiones. Nery junto a Freitas sería una mala fórmula para Domínguez que prefiere jugar "solo" en el medio, como la mayoría de los mediocampistas centrales. Y muy mala fórmula para las asociaciones que necesita realizar Central en campo contrario.
Buscará seguir ganando para transmitir seguridad y mostrar solvencia. Pero eso no será lo determinante. Si los jugadores logran hacerlo mediante caminos que crean propios, les permitirá estar convencidos de la trama. Gustarse durante el trayecto largo de aquí hasta junio de 2013, será vital. Recién ahí, podremos intuir el desenlace.  .
(*) Matías Manna (@matiasmanna) es autor del libro Paradigma Guardiola (Ara Llibres), creador del blog que lleva el mismo nombre. Entrenador de fútbol profesional y asesor e integrante de cuerpos técnicos de nivel internacional, nacional y regional. Egresado de la carrera de Posgrado Comunicación Digital Interactiva (Universidad Nacional de Rosario) – Licenciado en Periodismo (UNR). Docente universitario. Gestor de @ParadigmaPep, medio de comunicación rosarino con más seguidores en Twitter