El verano todavía no llegó y el calor ya aprieta. Para esta semana el Servicio Meterológico Naciona anticipaba máximas de 34 grados para el miércoles y como nosotros, nuestras mascotas también la pasan mal. Algunos consejos según Infobae para evitar que sufran de más.

Es fundamental darse cuenta a tiempo si nuestro gato o perro sufre un golpe de calor. ¿Cómo? Atentos a sus comportamientos.

A diferencia de los humanos, los gatos y perros no transpiran (excepto por las almohadillas de las patas y la nariz), regulan su temperatura corporal por el jadeo, pero en condiciones de calor extremo, este método resulta limitado.

Entonces cuando los vemos jadear o salivar en exceso hay que bajarles la temperatura aún antes de acudir al veterinario. Una opción es enfriarlos con agua pero nunca sumergirlos porque les podría provocar un shock.

Otros síntomas del estrés por calor es la debilidad; el enrrojecimiento de las membranas en la boca, lengua, ojos, y a veces de la piel; vómitos y diarrea; y falla en los órganos.