Las verduras son susceptibles de contaminarse con muchos patógenos que afectan nuestra salud, no sólo por el hecho de estar expuestos directamente a los agentes de nuestro entorno, sino que también en el proceso de siembra y cultivo, donde son sometidos a fumigaciones con pesticidas altamente contaminantes.

Muchas veces, el resultado de una intoxicación alimentaria: salmonella, estafilococos o E. coli son tan solo algunas de las bacterias más conocidas que nos causan este tipo de infecciones. Pero, ¿es posible evitar estas enfermedades lavando los alimentos? ¿Y cuál es la forma más adecuada de hacerlo?

El riesgo de intoxicación siempre está presente, y no es posible evitarlo al 100%. Pero ciertas rutinas de higiene alimentaria pueden ayudar a prevenirlo. Para ello, no sólo debemos limpiar adecuadamente los productos y utensilios de cocina, así como nuestras propias manos, sino también los alimentos.

En el portal Mejor con Salud, recomiendan ciertos pasos para lavar correctamente las verduras:

- En primer lugar debés tener en cuenta que lo mejor que podés hacer para lavar tus verduras, es hacerlo antes de partirlas o pelarlas. Cuando lavás la verdura entera, evitás que los patógenos que hay sobre la corteza, se trasladen hasta el interior del alimento. Esto lo puedes hacer independientemente de que la vayas a consumir o no, con cáscara.

- También debés limpiar muy bien tus manos antes de manipular cualquier tipo de verduras. La higiene personal también jugará un papel muy importante en la no contaminación de este tipo de alimentos.

- Al seleccionar las verduras que vas a lavar, las debés poner al menos dos minutos bajo el agua, o bien, podés ponerlas en un recipiente con agua para ahorrar agua. Si tienen muchos excesos de suciedad, podés ayudarte utilizando un cepillo o esponja limpia y libre de jabones.

- Es recomendado eliminar las hojas externas de algunas verduras, ya que pueden estar contaminadas.

- Después de seguir estos pasos, es importante también limpiar muy bien los utensilios de cocina a utilizar, para evitar que el alimento se contamine mientras se manipula en la cocina.