Según un estudio publicado en Nature Communications, un equipo internacional de científicos explica que una dieta baja en gluten pero rica en fibra cambia la comunidad de bacterias intestinales y disminuye las molestias gastrointestinales como la hinchazón. Además puede estar está vinculada a una modesta pérdida de peso. Estas modificaciones se relacionan con los cambios en la composición y función de las bacterias intestinales.

A partir de la investigación, los científicos concluyen que, basándose en sus observaciones de las alteraciones en los patrones de fermentación de los alimentos de las bacterias intestinales, los efectos de la dieta baja en gluten en personas sanas pueden no deberse principalmente a la reducción de la ingesta de gluten en sí, sino a un cambio en la composición de la fibra dietética al reducir fibras de trigo y centeno y reemplazándolas con fibras de vegetales, arroz integral, maíz, y quinoa, tal como publica abc.

Además, advierten que la mayoría de los alimentos sin gluten disponibles en el mercado hoy en día están privados de forma masiva de fibras dietéticas e ingredientes nutricionales naturales. Por lo tanto, afirma uno de los científicos, Senior Lead Investigator, el profesor Oluf Pedersen, afirma que "existe una necesidad evidente de disponer de productos alimenticios sin gluten, nutricionalmente de alta calidad y enriquecidos con fibra que sean frescos o procesados mínimamente para todos los consumidores que prefieren o necesitan una dieta baja en gluten, debio a que resultan ser clave para aliviar el malestar gastrointestinal y además para ayudar a facilitar el control de peso en la población general a través de la modificación de la microbiota intestinal".