Todas las herramientas y dispositivos tecnológicos más modernos que conocemos pasan a lo largo de su vida útil por un proceso de evolución. Los equipos electrónicos que las personas tienen en sus casas, la oficina o el bolsillo no son la excepción: se reinventan permanentemente para hacer el día a día más fácil. 

La tecnología, como todo en este mundo, tiene un ciclo de vida, ligado a diferentes factores, y es recomendable cambiar la PC, la tableta o el “smartphone” en períodos que van de tres a cuatro años.

Según cifras de Intel, el mayor fabricante mundial de chips, renovar las viejas PC por notebooks de última generación hace que los usuarios ganen hasta 7,7 horas semanales de tiempo productivo. 

Es por ello que se realizan estudios con el fin de detectar la curva de obsolencia y qué factores los producen. Como resultado se han encontrado tres elementos que son clave para identificar el momento de hacer el “upgrade” o cambio. A su vez estos detalles también sirven para, a la hora de comprar un nuevo equipo, saber si lo que se va a adquirir alcanza para el uso que se le va a dar.

Rendimiento
Las actualizaciones de sistema operativo, aplicaciones o programas instalados exigen cada vez más del procesador y afectan directamente el rendimiento del dispositivo al momento de realizar tareas básicas como abrir y cerrar ventanas, o completar operaciones de multitarea. 

Cuando algo que antes se realizaba al instante, como activar una aplicación, comienza a demorar varios segundos o incluso deja el equipo “colgado” con la pantalla en blanco, esto es señal de que el dispositivo ya está operando por encima de su capacidad y que es necesario cambiarlo o hacer una limpieza de aplicaciones que ya no se utilicen o que ocupen espacio innecesario.

Batería
Para nadie es un secreto que las baterías instaladas en los teléfonos, laptops o tabletas tienen cierto tiempo estimado de vida y que, dependiendo de su uso y cantidad de cargas, varía el lapso que el dispositivo dura encendido sin necesidad de estar conectado a una fuente eléctrica. 

Los procesadores Intel Core M, además de brindar un rendimiento avanzado, aportan mayor duración de la batería, ya que fueron diseñados especialmente para su uso en dispositivos móviles ultra delgados sin necesidad de ventilador. 
Las tabletas, por ejemplo, alcanzan una autonomía de hasta 14 horas, según el uso. Cuando un equipo móvil de estas características, pensado para productividad todo el día lejos de un enchufe, no alcanza a completar un capítulo de una serie con la batería cargada, es necesario un cambiarlo. Esto se recomienda para los casos en que el costo de una batería nueva sea demasiado alto en relación con un equipo nuevo.

Capacidad
Los archivos multimedia y las aplicaciones ocupan cada vez más espacio de almacenamiento. Las aplicaciones y los sistemas operativos son más pesados en cada generación.

Y los archivos se vuelven más complejos, como los videos en HD, las fotos sacadas con cámaras de alta definición y los audios sin comprimir. 

Por lo que para poder continuar usando el dispositivo como antes, guardando todos los archivos necesarios para una vida digital completa, es clave contar con un equipo nuevo que tenga la capacidad de almacenamiento adecuada.

Hablemos de Reciclado
Los equipos viejos pueden tener una nueva vida útil con otros fines. Al respecto, Andrés Indaverea, consumer marketing manager de AMD para el mercado de habla hispana en Sudamérica, señaló que “no siempre es necesario que esto suceda. Con simples e inteligentes pasos, podemos restaurar aquella laptop que ya consideramos obsoleta o darle nuevos usos a ciertas partes de nuestra antigua PC, para renovar así, de manera astuta e ingeniosa, aquel equipo que utilizamos sin necesidad de invertir en ello mucho dinero”. según informa Iprofesional.com.

Algunos consejos de Indaverea sobre este tema:

  • Realizar una pequeña inversión y hacer que nuestro antiguo equipo funcione correctamente otra vez

Es muy probable que algunos de los antiguos equipos no funcionen bien, dado su largo uso o edad. 

En ese caso, será necesario realizar el pequeño esfuerzo de invertir en la reposición de aquellas partes dañadas, además de llevar a cabo una limpieza y renovación de software, como por ejemplo, instalar un nuevo sistema operativo. 

  • Salvar ciertas partes

Muchas veces, se puede rescatar aquellas partes que aún nos son útiles (como la memoria RAM o el lector de DVD), aunque el equipo no funcione en su totalidad. 

Así, se puede conectar a otras computadoras o darles nuevos usos.

  • Usar la PC para conectar a un proyector

Se puede usar la antigua PC para enchufarla a un proyector y utilizarla para proyectar presentaciones, películas o juegos. 
Así, se le asignaría un uso exclusivo y no muy exigente, independientemente de lo dañado que se encuentre o su antigüedad tecnológica.

  • Colocar la antigua pantalla sobre una pared

En el caso de una notebook, se puede contemplar la posibilidad de colgar la pantalla sobre una pared y convertirla así en un digital "photo frame", una PC de cocina para búsqueda recetas e ingredientes o, por qué no, en un equipo que será utilizado para diversión y entretenimiento.

  • Convertir a la antigua PC en un monitor o servidor

Se puede usar la pantalla de una laptop para reconvertirla en una PC de escritorio o también, utilizar las partes separadas para asignarle nuevas funciones ligadas a otros equipos que se posea.

  • Venderla, aunque se encuentre rota o dañada

Aunque el equipo se encuentre dañado, se puede vender ya sea en su totalidad o por partes. 

  • Donar el equipo viejo a una entidad

A veces, puede tratarse de un equipo inútil o de poco uso. Sin embargo, se puede donarlo a alguna entidad para que ellos le den una función simple pero efectiva y de esta manera ayudar a una institución educativa o alguna ONG que recicla este tipo de productos tecnológicos.