La ex mujer del fiscal Alberto Nisman, Sandra Arroyo Salgado, declaró este viernes durante ocho horas ante la magistrada que lleva adelante la causa de la muerte de su esposo.

La presentación formal fue como testigo -más allá de que solicitó ser querellante en el proceso- y lo hizo ante la titular de la Fiscalía Nacional en lo Criminal N° 45. 

La magistrada ingresó al edificio ubicado en Tucumán al 900 poco después de las 10.30 y se retiró sin hacer declaraciones, al igual que la fiscal Viviana Fein, quien dejó el edificio después de Arroyo Salgado, informó Télam. 

Arroyo Salgado quiere seguir de cerca los próximos pasos de la pesquisa y habría pedido nuevas pericias, ya que trascendió que deconfía de los resultados de la autopsia.

El jueves habían atestiguado los secretarios de la Unidad Fiscal Amia (UFI-Amia), la madre de Nisman, Sara Garfunkel; la tía del fiscal, Lidia Garfunkel, y el doctor Héctor Di Salvo, perito del Cuerpo Médico Forense que participó en la autopsia.

Restricciones a Lagomarsino

Este viernes a la tarde también se conoció que la jueza Fabiana Palmaghini prohibió la salida del país de Diego Lagomarsino, el colaborador de Alberto Nisman que le prestó el arma que lo mató.

La medida que se adoptó en relación a Lagomarsino fue a fin de “tenerlo a derecho” luego de “reiterados intentos por ubicarlo” en el domicilio que dio el lunes, cuando declaró voluntariamente ante la fiscal Vivivana Fein, según se informó a través de un comunicado de la fiscalía.

El comunicado de la fiscalía a cargo de la investigación salió así al cruce de la versión extendida de que Lagomarsino se encontraba en un hotel protegido por fuerzas de seguridad bajo el régimen de testigos en riesgo.

La fiscalía aclaró que “la ministra de Seguridad de la Nación notificó que ninguna de las fuerzas federales tiene a su cargo medidas de protección de alguna índole” y que ”el jefe de la Policía Metropolitana confirmó que esa fuerza tampoco ordenó custodiar a Lagomarsino”.

Inmediatamente después, el secretario general de la Presidencia, Aníbal Fernández, dejó en claro que la ministra de Seguridad, María Cecilia Rodríguez, "ofreció las fuerzas federales para proteger a Lagomarsino", pero "no obtuvo respuesta", explicando que esa potestad corresponde a la justicia.

Minutos después de conocido el comunicado de la fiscalía, Lagomarsino se puso en contacto con la fiscal que lleva adelante la investigación y se colocó a disposición para ampliar su declaración, informaron fuentes judiciales.

“A los efectos de tenerlo a derecho, cualquiera sea su situación procesal, la fiscal solicitó y la jueza dispuso la restricción de salida del país de Lagomarsino, luego de reiterados intentos por ubicarlo”, dice el comunicado.

El lunes, horas después de hallarse el cuerpo del fiscal Nisman con un tiro en la cabeza en el baño de su casa, Lagomarsino se presentó voluntariamente ante la fiscalía y declaró que el sábado le había prestado a Nisman una pistola calibe 22 similar a la que disparó la bala que lo mató.

Aseguró que el fiscal, con quien colaboraba en tareas informáticas en la Unidad Fiscal Amia (UFI-Amia), le había pedido el arma alegando razones de seguridad, lo cual desató sospechas luego de saberse que Nisman tenía dos armas registradas como legítimo usuario en el Renar.

En posteriores declaraciones periodísticas dejó trascender que al llevarle la pistola Bersa hasta su departamento del piso 13 de la torre Le Parc de Puerto Madero, éste le comentó que el desplazado jefe de contrainteligencia de la ex SIDE Jaime Stiusso le había recomendado que se cuidara de su custodia e hiciera lo mismo con sus hijas.

Lagomarsino es un informático que no integra la planta de la fiscalía sino que tenía un contrato firmado directamente por Nisman por un monto elevado en relación a las remuneraciones de otros funcionarios del Ministerio Público Fiscal.

Nuevas pericias

En el mismo comunicado repartido en la puerta de la fiscalía y difundido por el sitio de la Procuración (www.fiscales.gob.ar), para detallar “los avances de la causa”, se informó que se habían repetido los peritajes sobre el arma y el proyectil ya realizados poco después de su hallazgo. 

“Se aguarda la finalización de un peritaje balístico donde se dispuso la toma de muestras a los efectos del cotejo de ADN, así como también si el proyectil extraído del cuerpo se corresponde con el arma calibre 22 hallada en el lugar”.

Fein dispuso además una serie de medidas de prueba “que se concretarán antes de finalizar la jornada” y que no fueron detalladas para ”garantizar el éxito del procedimiento”.