La fiebre por el deseo de exhibir un físico ideal, la cultura extendida del gimnasio y recurrir a suplementos dietarios sin la consulta a especialistas médicos, muchas veces, exponen a la salud y al cuerpo a límites no recomendados.

Existen articulaciones que sufren más que otras el impacto: hombros, codos y muñecas; por este motivo Rosario3.com fue en busca de la palabra de un especialista en patologías de dichas articulaciones, el Dr. Iván Benedetto. 

- ¿Cuáles son las enfermedades más habituales de nuestros hombros?

- Habitualmente son las tendinits. Estas son inflamaciones de los tendones del hombro, principalmente por sobrecarga, y por no prepararlos adecuadamente. Deberíamos realizar una preparación previa para fortalecer estos tendones del hombro y así realizar la actividad. Debemos preparar a nuestro organismo para esa carga diaria, a la que lo vamos a someter.

- ¿Qué podría decir respecto del consumo excesivo de analgésicos?

- Los dolores musculares son una patología que en el consultorio abarca un 50 % de las consultas de los pacientes que llegan a la consulta diciendo haber tomado un diclofenac, que es el antiinflamatorio más usual y que en algunos lugares es de venta libre. El exceso de esa medicación, puede generar un daño a nivel de la mucosa gástrica, ya que mayormente se lo ingiere vía oral. Aparecen así, gastritis, úlcera gástrica, dispepsia, reflujo, acidez, etc. Además, el uso crónico e indebido a largo plazo; más allá de los 15 días o un mes, puede favorecer la aparición de otros efectos indeseados. Se deben administrar con cuidado en pacientes con antecedentes de alguna enfermedad cardiológica y/ o renal.

El ibuprofeno, el paracetamol y otros analgésicos ya son moneda de todos los días, que son igualmente nocivos y deberían ser ingeridos únicamente con receta y vigilancia de un profesional médico, informado y autorizado para indicar esta medicación.

El medicamento es traicionero, porque bloquea unos receptores, disminuye el síntoma y esconde una posible patología la que no es identificada ni tratada. Pero la inflamación de la articulación y del músculo siguen estando, y el tratamiento de la misma no es el medicamento si no hacer alguna terapia como la rehabilitación, kinesiología, masajes, lo que se considere según amerite el caso. Con el antinflamatorio la persona se siente mejor y sigue haciendo las actividades que le generan esa inflamación, entonces entramos en un círculo vicioso en el que el dolor y la enfermedad se vuelven crónicos.

El dolor es una alarma del propio organismo para que el cerebro entienda que algo anda mal. Las personas tienen distintos umbrales del dolor, por eso algunas logran convivir con el dolor sin frenar su actividad diaria, y hay otras que al mínimo dolor enseguida recurren a un profesional porque no lo pueden tolerar. Esto es mejor porque consultan y tenemos más posibilidades de volver a una vida normal más rápido. Cuando una patología lleva mucho tiempo instalada es más difícil controlarla.

- ¿Qué opinión tiene de los suplementos proteicos?

- Yo no recomiendo ninguno. Hay un grupo muy menor de pacientes, generalmente en personas mayores de 70 años con una masa muscular debilitada por el propio paso del tiempo, que cursan con otras patologías asociadas como anemia, y en esos casos estos suplementos proteicos pueden jugar un papel.

Hay que tener mucho cuidado y recurrir a un profesional de la salud, no al profesor del gimnasio que lo comercializa.

 

Iván Benedetto, Traumatólogo, especialista en Artroscopias de hombro | Mat.: 16235
Centro Médico IPAM