Otros dos violentos asaltos volvieron a poner bajo la lupa la seguridad en el transporte público de pasajeros. Una línea interurbana modificó su recorrido y como medida de protesta dejó de ingresar a Villa Gobernador Gálvez, luego del robo y agresión a un chofer, mientras que en un coche urbano se subieron delincuentes armados, también golpearon al conductor y les robaron todo a unos 40 pasajeros.

Según confirmó en Radio 2 el delegado de los trabajadores de la 35/9 Verde, desde este jueves el servicio llega sólo hasta el límite entre Rosario y su ciudad lindera hacia el sur (cruce de Filipini y San Diego) para evitar una zona considerada de riesgo.

“Ahora a un chofer le sacaron todo, hasta la camisa y las zapatillas”, detalló Néstor De Armas en el programa La primera de la tarde, y agregó: “El último domingo también. No pudieron romper la caja de seguridad (donde queda depositado el dinero de los boletos) y le pegaron al chofer”.

en ese sentido, no se expresó demasiado optimista en cuanto a una medida que termine con la problemática. “Tratamos de solucionarlo pero siempre caemos en la misma”, lamentó, y advirtió que “si no hay una respuesta, se cortará también la otra parte del recorrido, que va hasta al (frigorífico) Swift”.

Cuarenta pasajeros asaltados

Más tarde, pasado el mediodía, se registró otro episodio mucho más grave, cuando cuatro jóvenes, todos armados, abordaron el interno 71 de la línea 121 de transporte urbano, en la zona oeste de Rosario.

Cuando la unidad circulaba por Cerrito y Matienzo, la banda irrumpió y mientras uno redujo a los golpes al chofer, el resto se encargó de despojar de todas sus pertenencias a la totalidad de los pasajeros que viajaban en ese momento, unos 40, entre ellos varios niños.

Con la voz quebrada, Cintia, una de las víctimas, relató en diálogo con el periodista Sergio Roulier la pesadilla que vivieron a bordo. “Yo había subido tres cuadras antes, iba con mi hija de cinco años al dentista”, apuntó la mujer, a la que le llevaron 300 pesos y la tarjeta sin contacto. Y que venía de sufrir otro asalto callejero un mes y medio atrás, según contó.

“Había muchas mamás con chiquitos”, expresó la pasajera, que como iba en los primeros asientos dijo notar de antemano que los cuatro chicos (“de alrededor de 20 años”) pararon el colectivo con fines de robo.

“Subieron y enseguida dijeron: «Esto es un robo». Le pegaron al chofer, un muchacho joven. Pero estaba bien, y fue muy atento con toda la gente asaltada”, destacó Cintia.

Añadió que “los cuatro tenían armas de fuego, y eran verdaderas, no eran de mentira”, y contó además que uno le apuntó en la cabeza a una niña para amedrentar al pasaje. Fue tan solo “un minuto” en el que actuaron en forma “muy impune”.

La policía no tardó demasiado en llegar y montó un gran despliegue en la zona, sostuvo la mujer, aunque ella desistió de hacer la denuncia formal, ya que, considera, es un trámite con el que “no pasa nada”.