El ejercicio físico no sólo es beneficioso para salud cardiovascular y el organismo, sino que además -si se practica de forma frecuente- mejora la memoria y la función cerebral a largo plazo.

Ya se sabía que inmediatamente después del entrenamiento, una persona tiene mejor memoria y capacidad cognitiva. Lo que ahora comprobaron científicos de la Universidad de Iowa es que este beneficio persiste en aquellos que continúan ejercitándose en el largo plazo.

Para llegar a esta conclusión, un grupo de voluntarios completó un entrenamiento de intensidad baja o moderada. Tanto antes como después de la actividad, fueron sometidos a una resonancia magnética para estudiar su hipocampo, el área del cerebro conectada a la memoria y al conocimiento, y se les realizaron una serie de exámenes para evaluar sus recuerdos, según consignó Quo.

A partir de ello descubrieron que, tanto después de una única serie de ejercicios como al terminar su régimen de entrenamiento de 12 semanas, su hipocampo mostró mejoras similares en la función de la memoria. Traducido: quienes hacen ejercicio con regularidad, disfrutarán de una mayor capacidad para recordar información.

Además se comprobó que este tipo de ejercicios aumenta la función ejecutiva, decisiva para el razonamiento, la planificación y la resolución de problemas. Los científicos creen que este hallazgo podría servir para tratar enfermedades como el alzheimer y la demencia. Y otra buena noticia: no hay límite de edad para empezar a ejercitarse.