El Antonov AN-124 Ruslan, el segundo avión más grande del mundo que causó furor el fin de semana con su llegada a Rosario, finalmente se fue. Lo hizo esta mañana, a las 8, 24 horas después de lo previsto originalmente. Partió hacia Montevideo, Uruguay, y fueron testigos de su despegue decenas de personas en el aeropuerto Islas Malvinas. 

Víctor Mouriño, representante de la empresa en en Argentina, Uruguay, Paraguay y Colombia, confirmó que la nave dejó la ciudad para ir a Montevideo, desde donde seguirá viaja hacia África.

Consultado por la periodista Evelin Machain (Radiópolis, Radio 2) sobre por qué el Antonov llama tanto la atención, sostuvo: “Es grande y es raro como descarga, es un avión extraño” y agregó: “Como carguero es uno de los más grandes”. Luego explicó que tiene dos sistemas de carga, uno para cargas de peso inferior a las 20 toneladas a través de un sistema de grúas internas y por la nariz, para más de 100 toneladas a partir de rieles.

Aseguró que cuenta con turbinas muy modernas y que sólo su aspecto visual es diferente a los demás.

Mouriño destacó que la nave ha sido alquilada por famosas estrellas musicales, tales como Michael Jackson o los Rollings Stones, que para trasladar sus equipos se sirvió de tres aviones de este tipo. También lo usaron Madonna, Phill Collins y Eros Ramazzotti, entre otras figuras.

Si bien no trascendieron los motivos, en la cuenta de Twitter de la aeroestación local se informó más temprano que los responsables del Antonov solicitaron permanecer más tiempo en la ciudad y se especulaba con una despedida recién para el viernes, pero finalmente se confirmó que sería este martes.

El avión fue desarrollado por la Unión Soviética en plena Guerra Fría y es considerado el segundo más grande de los que actualmente vuelan por el planeta.

Su aterrizaje en Rosario –trajo una pieza para la estación termoeléctrica de Timbúes– desató un inesperado furor, no sólo entre los amantes de la ingeniería aeronáutica, que se acercaron al aeropuerto para ver de cerca al gigante, sino a muchos que simplemente se dejaron asombrar por el particular diseño y las dimensiones del aparato.

Antes de ésta, la última vez que una de las 53 unidades de AN-124 existentes pisó suelo argentino fue cuando uno de ellos llevó el satélite ARSAT 2 desde Bariloche a la base de la Guyana Francesa, desde donde fue lanzado al espacio.

En cuanto al Islas Malvinas, es la segunda ocasión que oficia de anfitrión del avión ucraniano, ya que en 1998 el trajo un generador para una empresa metalúrgica radicada en San Nicolás. Esa vez, el AN-124 aterrizó a las 16.45 del 24 de abril en Rosario, proveniente de Luxemburgo, y despegó el día siguiente, a la misma hora.