Unos 700 alumnos de Nueva Esperanza, barrio Toba, comen pero no beben porque no tienen agua potable. Es que, de acuerdo a lo que plantean desde la comunidad educativa, instalaron canillas pero el agua que sale ha provocado cuadros de intoxicación entre los chicos. Mientras tanto, en el comedor de la escuela ponen en la mesa sólo platos. Los vasos no tienen sentido.

Un informe del periodista Pedro Levy emitido en De 12 a 14 (El Tres) muestra la preocupante situación que padecen alumnos de la institución ubicada en Garzón al 4400. Allí, docentes y directos denunciaron que no tienen acceso a agua segura por lo tanto se decidió suspender el dictado de clases ya que no funcionan los baños ni pueden realizarse las tareas de limpieza necesarias.

En consecuencia, los 700 chicos que concurren al comedor, comen pero no beben. Es decir, deben tragar el alimento sin acompañarlo con agua.

Según indicaron las docentes entrevistadas, el suministro de agua es problemático desde hace tiempo. Se instalaron canillas de agua potable pero, de acuerdo a lo que denunciaron, los niños que bebieron de ellas contrajeron fiebre y diarrea. Mientras tanto, el gobierno envía botellas de agua mineral que son insuficientes.