En un marco de necesidades financieras crecientes, el gobierno nacional comunicó a los gobernadores que autorizará que las provincias se endeuden.

El compromiso es fundamental, pues para poder tomar créditos internacionales las provincias necesitan que el gobierno nacional lo avale como garante.

Esta alternativa ya la puso en práctica la gobernadora de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, que logró la aprobación legislativa para endeudarse por $60.000 millones y funciona como el mejor ejemplo que ponen frente a otras arcas provinciales los colaboradores del presidente. El mismo camino siguió Mendoza, conducida por el radical Alfredo Cornejo, aliado político del macrismo, y Neuquén.

Igual recomendación le hizo la Casa Rosada a Alicia Kirchner, gobernadora de Santa Cruz, quien rechazó esa posibilidad y acusó a Macri de “ahogar financieramente” a su distrito y denunció que las obras, que “en un 97 por ciento son financiadas por la Nación, están paralizadas”.

El pedido para que los gobernadores se endeuden en el exterior está acompañado de la promesa de la Casa Rosada de resolver el conflicto con los fondos buitre, para conseguir, una vez destrabado ese pleito, préstamos más baratos. En caso de que la respuesta sea positiva, reclaman el apoyo de los legisladores que responden a las distintas provincias en el debate que se vendrá en el Congreso si la Casa Rosada logra un acuerdo para el pago.