El falso policía volvió a las andanzas. Se trata del joven de 19 años que en abril de este año se infiltró en el operativo policial del clásico para entrar gratis al Coloso a ver el partido y fue descubierto. Ahora lo detuvieron cuando intentaba viajar gratis de Rosario a Santa Fe vestido con un uniforme de la fuerza. El muchacho está acusado del delito de “usurpación de títulos y honores”.
Según informa este sábado el diario El Litoral de Santa Fe, el joven de 19 años, identificado como Leonardo B., fue sorprendido a bordo de un micro cuando intentaba viajar sin pagar el boleto vestido de policía.
Lo curioso es que no es la primera vez que el falso policía hace de las suyas. En el último clásico jugado en el Coloso Marcelo Bielsa, en abril de este año, se hizo pasar por un efectivo durante los operativos y terminó detenido.
Según informó en aquella oportunidad el periodista Hernán Funes en Radio 2, el osado muchacho hizo requisas en uno de los ingresos del estadio de Newell's como un agente más hasta que se dieron cuenta de que no pertenecía a la fuerza.
En esa oportunidad el joven vestía el uniforme reglamentario, llevaba insignias de la Policía de Acción Táctica (PAT), portaba una réplica de pistola calibre 9 y un chaleco antibalas rellenado con hojas de revistas. Como uno más, hizo las requisas de la puerta 1 del Coloso hasta que se dieron cuenta de que no era policía y lo arrestaron.
Su increíble historia
El diario El Ciudadano publicó luego una historia asombrosa sobre este chico. Se presentaba como agente de la Policía de Acción Táctica (PAT) y según la investigación fiscal prestó servicios adicionales en la fuerza durante algunos meses sin que nadie lo notara, aunque nunca percibió los haberes de esos servicios, según refirió una fuente consultada.
Por un acuerdo entre el fiscal Sebastián Narvaja y el defensor oficial Diego Villar, el sospechoso quedó en libertad con el compromiso de presentarse quincenalmente en la Oficina de Gestión Judicial y entregar una camisa del uniforme policial que aún tiene en su poder.
Leonardo B. proviene de una familia humilde que tenía la ilusión que el chico siguiera los pasos de su abuelo policía. Es por eso que ingresó al Instituto de Seguridad Pública (Isep) pero en 2014 sufrió una enfermedad que le valió la baja de la institución.
Leonardo no pudo enfrentar esta situación. Temeroso de causar un disgusto a sus padres, decidió callar y mentir. Montó una parodia que consistía en salir de su casa para cursar sus estudios, pero se iba a una biblioteca donde continuaba incorporando los conocimientos necesarios para ser uniformado.
Llegó el día de la graduación y logró evitar que sus padres asistieran al acto con nuevas mentiras. Según la fuente consultada, Leonardo comenzó a juntar dinero para acceder al uniforme policial que logró comprar en una de los locales especializados en proveer este tipo de vestimenta. Con el uniforme en su poder, el muchacho se presentó ante las autoridades policiales y según este relato logró la obtención de adicionales para la prestación de diversos servicios de seguridad que, aseguran, no cobró.
En la audiencia imputativa surgió que esta persona logró vincularse durante las tareas que desarrollaba con uniformados que no dudaron de que se trataba de un colega; incluso aportaron mensajes de Whatsapp.
Cuando Leonardo B. fue descubierto mientras realizaba cacheos junto al personal policial en una de las puertas de acceso a la cancha de Newell’s, sostuvo ser agente de la PAT y, si bien contaba con vestimenta de fajina con el logo de dicha fuerza, su arma lo delató. Se trataba de una réplica de una pistola 9 milímetros que otro policía descubrió. A su vez, se determinó que el deteriorado chaleco antibalas que llevaba puesto no contaba con la protección adecuada: lo había acondicionado de manera casera y rellenado prolijamente con hojas de revistas.