Durante 2014, 113 trabajadores de efectores municipales y provinciales se formaron como facilitadores de la convivencia en ámbitos de la Salud luego de participar a lo largo de tres meses de una capacitación orientada a lograr la detección temprana, prevención y resolución estratégica de conflictos institucionales internos y externos. La iniciativa se enmarca en el proceso de trabajo iniciado en diciembre de 2012 entre provincia y municipio con el objetivo de profundizar el abordaje de situaciones conflictivas en centros de atención primaria y hospitales.

El curso de preparación y formación de los más de un centenar de integrantes de equipos de Salud, entre ellos enfermeros, mucamas, médicos y personal administrativo, dio inicio en junio pasado y culminó con la presentación de una propuesta de trabajo por parte de los diferentes grupos a desarrollarse en el transcurso de este año en sus efectores de origen.

Durante el aprendizaje, los asistentes fueron trabajando en grupos temáticas y acciones relacionadas con el trato interpersonal, la escucha activa, los tiempos en las conversaciones y el trabajo en equipo. También se hizo hincapié en palabras clave para el desempeño del nuevo rol, entre las que destacaron consenso, convivencia, construcción social y prevención.

Además, y a partir de situaciones de conflicto registradas en algunos efectores, se realizaron diagnósticos, relevamientos, encuentros con otros trabajadores, charlas y debates, con el objetivo de generar esquemas de capacitación y brindar herramientas y elementos a los futuros facilitadores frente a un conflicto de violencia.

Las voces de los facilitadores

Del curso participaron trabajadores de efectores de salud municipales y provinciales, quienes actualmente se encuentran promoviendo estrategias para mejorar la convivencia en los espacios en los que desarrollan sus labores diariamente. Todos ellos coincidieron en afirmar que se trató de "una experiencia satisfactoria y novedosa".

Javier Lombardi, jefe del Centro de Salud Tío Rolo, lo define así: “Nos vamos reconfortados y con un montón de nuevas herramientas, de razones para poder plantear frente a los equipos cómo poder llevar a buen puerto las relaciones dentro del equipo y entre el equipo y la comunidad”.

Ricardo Bonino, de Servicios Generales del Hospital Carrasco, acuerda con estas palabras y afirma que “nos han dado herramientas como para poder hablar entre todos para resolver problemas”. Su compañero Ariel González, a su vez, reflexiona sobre lo revisado durante el cursado: “En estos tiempos en que hay tanta incomunicación entre las personas y que vemos al otro como un enemigo, que estamos cada vez más alejados el uno del otro, me parece sumamente importante sentarse a pensar cómo puede ser más fácil la convivencia en el trabajo, ya sea con el propio personal interno o con los pacientes”.

“Con la experiencia que tuve en el curso me di cuenta que muchas veces uno cumple con el rol de facilitador. Escuché las experiencias de los demás y eso fue bastante motivador”, manifiesta por su parte Jorgelina Scandurra, enfermera del Centro de Salud Barrio Plata.

Fuente: rosarionoticias.gob.ar