Central suma y sigue adelante. Al igual que contra Tigre su actuación no fue del todo convincente, pero otra vez aprovechó la notable contundencia de sus hombres de ofensiva y sobre el final se quedó con el triunfo en el difícil reducto de Crucero del Norte, en el alto pasto brasileño de la cancha misionara. Esta vez el héroe fue Franco Niell, que en el minuto 41 del segundo tiempo aprovechó un mal despeje del arquero local y le dio la victoria a los del Chacho. 

Lo mejor de Central estuvo en la parte defensiva. Allí jugaron un partido muy correcto Pablo Álvarez, Alejandro Donatti y, sobre todo, el colombiano Yeimar Gómez Andrade. En la última pelota también aparecieron las seguras manos de Mauricio Caranta para quedarse con un cabezazo que pudo ser el empate.

El primer tiempo fue prácticamente inmirable. Crucero demostró que es un equipo con muchas dificultades para adaptarse a la máxima categoría, mientras que al Canalla le costó horrores encontrar conexiones entre los volantes creativos y los delanteros.

En esos primeros 45, en los que Central aflojó el ritmo de los partidos anteriores debido al calor y a la altura del pasto, el único que intentó cambiar el ritmo fue el pibe Franco Cervi, aunque sin éxito de cara al área rival.

En el segundo tiempo el conjunto auriazul tuvo otra postura. Tal es así que Marco Ruben dispuso de dos ocasiones inmejorables para marcar la apertura del marcador. Primero empaló la pelota luego de un remate de Barrientos y rebote del arquero local, pero el balón se fue besando el travesaño. Y después cabeceó desviado desde una posición inmejorable y llamativamente solo en el área chica.

Crucero insinuaba con algunas pelotas detenidas, pero el equipo dirigido por Gabriel Schurrer careció de ideas y de ímpetu para ir a los dominios de Caranta. Sus hinchas festejaban un córner como si fuera un gol.

Coudet hizo un cambio que terminó siendo vital: entró Jonás Aguirre para darle más vértigo al ataque y de sus rápidos pies llegó el gol canalla. El joven desbordó y tiró un centro fuerte que rebotó en las manos inseguras de Caffa; el rebote le quedó servido al petiso Niell, que no dudó y hundió la pelota en el arco.

Desde lo numérico el presente no puede ser más perfecto para Central: tres partidos ganados sobre tres jugados y la punta asegurada por una fecha más.