El papa Francisco recibió este jueves por tercera vez en el Vaticano Estela de Carlotto, quien había viajado a Italia para recibir el doctorado honoris causa de la Universidad Estatal de Milán. La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo volvió a pedir la colaboración de la Iglesia "con todos los archivos" de los tiempos de la dictadura, que gracias a Francisco fueron puestos a disposición. A la salida del encuentro que no duró más de 20 minutos, Carlotto dijo que vio al pontífice “preocupado por la Argentina” y por otras situaciones "salvajes" del resto del mundo.

Según publicó La Nación, la titular de Abuelas fue al encuentro del Papa acompañada esta vez de hija mayor, Claudia y la monja francesa Genevieve Jeanningros, sobrina de la religiosa francesa asesinada durante el régimen militar, Leonie Duqyet. A través de una carta, Carlotto le renovó al Papa, el pedido de cooperación. “Hay algunas dificultades para algunos que quieren tener noticias porque el trámite es muy largo, muy engorroso", explicó.

“Fue una charla muy cálida, yo soy católica, lo veo como un hermano, me permito decirle cosas en su cara alegre. Lo encontré bien, está muy ocupado por supuesto y muy preocupado también”, dijo y contó que hablaron de derechos humanos y del país: “Está preocupado por la Argentina, pero bueno, ese es un tema que hay que abordarlo profundamente".

"Fue una charla muy amistosa, muy cálida, corta, no era para más, pero se habló todo lo que se tenía que hablar. Él dijo que recemos por él y él iba también a rezar por nosotros", continuó y habló de otra delas preocupares del Papa: la violencia.

"Él reza por el mundo entero, hay tanto daño, le preocupan las situaciones de lo salvaje que hay ahora en el tratamiento humano, que se consiguen sicarios y se dice tranquilamente 'conseguí un sicario para una venganza'. Y eso es imperdonable, que el hombre combata a otro hombre”, reflexionó.