La jueza de instrucción Fabiana Palmaghini resolverá entre la última hora de este martes y el miércoles si aparta a la fiscal Viviana Fein de la investigación de la muerte del fiscal Alberto Nisman, a pedido de la jueza federal de San Isidro, Sandra Arroyo Salgado, en la audiencia de recusación en la que, como querellante, reiteró su disgusto con la forma en la que está siendo conducida la pesquisa.

Las tres magistradas estuvieron reunidas durante casi dos horas en el edificio de la Cámara del Crimen, a doscientos metros del Palacio de Tribunales donde Palmaghini tiene su despacho y donde en principio se iba a realizar la audiencia, tras la cual se retiraron en un cerrado hermetismo.

Arroyo Salgado llegó a pie poco antes de las 10, acompañada por su abogado, el defensor oficial Germán Carlevaro, pero en cambio no participó el defensor de Diego Lagomarsino, único imputado en la causa, Maximiliano Rusconi, quien había pedido estar presente.

Fuentes próximas a la causa aseguraron que primero la recusante Arroyo Salgado, madre de las hijas de Nisman, y luego la recusada Fein expusieron sus posturas y luego tuvieron oportunidad de replicarse sin llegar a una situación de enfrentamiento personal, luego de las criticas que se habían hecho públicamente.

Para la jueza de San Isidro y madre de las hijas de Nisman, Fein condujo la investigación con "falta de objetividad, legalidad y neutralidad" ya que, a su criterio, descartó la hipótesis de un asesinato que la querellante viene sosteniendo en base a los informes de sus peritos de parte.

Objetó la designación de Enrique Prueger como perito criminalista en una pericia sobre la mecánica de la muerte y también la misma convocatoria a esa pericia por separado de la de los médicos forenses.

Fein replicó acusándola de diferentes obstrucciones a los peritajes, como las demoras en las pericias informáticas aduciendo el resguardo de la privacidad de Nisman, y puntualmente en la pericia médica, que debía reunir a los forenses para debatir las diferentes lecturas de la autopsia.

Recordó que su condición de fiscal la exceptuaba de su obligación de neutralidad que si le es exigida a los jueces, pero defendió todas las medidas de prueba adoptadas y en especial las pericias técnicas que deberían fundar una calificación penal del hecho.

A criterio de la fiscal no se puede determinar aún si se trató de un suicidio pero tampoco que fue un asesinato, una calificación que irremediablemente llevaría la causa al fuero federal donde Arroyo Salgado tendría mejores condiciones para incidir en la investigación.

A diferencia de Fein, en más de una oportunidad, la jueza Arroyo Salgado aseguró que la muerte de Nisman fue producto de un homicidio y rechazó que pudiera tratarse de un suicidio o un suicidio inducido.