El ex primer ministro François Fillon se impuso este domingo en el balotaje de las primarias presidenciales de la derecha y el centro de Francia con un 67% de los votos y se convirtió en el candidato que competirá con el golpeado oficialismo socialista y la extrema derecha en ascenso de Marine Le Pen en las elecciones de 2017.

Antes de que se conociera el escrutinio final, Fillon celebró su victoria, saludó a sus rivales de las primarias y se lanzó de lleno a la campaña que marcará el próximo año de Francia.

"La izquierda es el fracaso y la extrema derecha es el hundimiento", sentenció frente a una multitud exultante en su bunker. 

Durante la campaña, Fillon calificó a su proyecto como "radical", sugirió un shock económico de ajuste y arrastró el voto de los sectores católicos militantes más de derecha; pero su figura no genera temores como otros de sus correligionarios. 

Poco antes su rival en este balotaje, el ex ministro Alain Juppé, había concedido su derrota, al quedar muy lejos, con un 32% de los votos. 

"Felicito a Francois Fillon por su amplia victoria. A partir de esta noche doy mi apoyo a François Fillon y le deseo la victoria en mayo próximo", aseguró Juppé, en referencia al balotaje presidencial que todas las encuestas pronostican para el año próximo. 

Juppé agregó que a partir de ahora "se consagrará plenamente a su tarea como intendente de Burdeos" y poco después se trasladó a la sede de la cúpula del partido Republicanos para saludar formalmente al candidato electo con un frío apretón de manos. 

Al igual que Juppé, el ex presidente Nicolas Sarkozy y los otros rivales que disputaron estas primarias presidenciales de derecha y centro anunciaron públicamente su apoyo al nuevo candidato y prometieron trabajar junto a él para sacar del poder al Partido Socialista y frenar el ascenso de la extrema derecha del Frente Popular de Le Pen. 

Tras conocerse el resultado, el Partido Socialista (PS) francés destacó en un comunicado que el proyecto "ultraliberal" de Fillon se suma "a una visión profundamente arcaica y conservadora de nuestra sociedad", que "porta el germen de la división" y engendra un "verdadero riesgo" de ver a la ultraderecha en el poder en las presidenciales de 2017.

Fillon ahora tendrá que construir su campaña presidencial frente a un socialismo diezmado y desprestigiado por el incumplimiento de las promesas del actual presidente François Hollande y una extrema derecha, comandada por Marine Le Pen, que va en ascenso, pero que mantiene un elevado piso de rechazo por su nacionalismo.