El papa Francisco reiteró su solidaridad con las víctimas del terremoto del miércoles en el centro de Italia y dijo que "apenas sea posible" se trasladará a la zona.

"También yo espero ir a encontraros, para llevaros personalmente al apoyo de la fe y de la esperanza cristiana", agregó este domingo el pontífice después del tradicional rezo del Ángelus.

Francisco manifestó desde el balcón del palacio apostólico a los fieles congregados en la Plaza de San Pedro su "cercanía espiritual con los habitantes del Lacio, Las Marcas y Umbria, duramente golpeados por el terremoto de estos días".

"Pienso en especial en la gente de Amatrice, Arquata del Tronto, Norcia. De nuevo digo a esas queridas poblaciones que la Iglesia comparte su sufrimiento y sus preocupaciones, y reza por los difuntos y por los supervivientes", dijo el papa.

"La diligencia con la que las autoridades, las fuerzas del orden, protección civil y voluntarios están operando demuestra lo importante que es la solidaridad para superar pruebas tan dolorosas", declaró Jorge Bergoglio.

Rectificaron a la baja las víctimas fatales

El terremoto de magnitud 6 en la escala de Richter afectó el 24 de agosto a varias localidades del centro de Italia y causó 290 muertos, según el último recuento oficial provisional que rebaja en uno la cifra de fallecidos que había sido comunicada el sábado. El número oficial provisional de muertos por el terremoto que asoló el miércoles el centro de Italia fue corregido este domingo y quedó en 290, una persona menos que en el último conteo, según la Protección Civil italiana.

La prefectura de Rieti rectificó el número de fallecidos que había sido comunicado el sábado y precisó que en la zona del Reatino se registraron 240 muertos, de ellos 229 en Amatrice y 11 en Accumoli, según un cable de EFE.

En la región de Las Marcas el número de muertos es de 50, precisó Protección Civil que dijo que ahora hay que buscar soluciones habitacionales que permitan a los supervivientes pasar "el invierno en la montaña".

"En la zona tenemos números que sobre todo se están estabilizando. No hemos encontrado nuevos desaparecidos, entonces, digamos que estamos llegando a la cifra definitiva", dijo Paolo Baccari, uno de los responsables de este departamento, en declaraciones a Efe en Amatrice, centro de Italia.

"La cifra es horrible, 290 muertos. Esperamos tener la certeza en poco tiempo de que no hemos dejado a ninguno bajo los escombros", agregó.
El representante del organismo de Protección Civil explicó que también el número de evacuados que necesita asistencia se está estabilizando: "Tenemos 2.700 personas acogidas en los campamentos habilitados en las distintas localidades afectadas por el seísmo".

Esto demuestra, prosiguió, que la situación se está normalizando.

De hecho, hoy en Amatrice ya se aprecia el restablecimiento de algunos servicios básicos y las comunicaciones telefónicas ya fueron restablecidas, hay menos ambulancias, menos personal de los equipos de rescate y menos medios de comunicación en el lugar.

"Si hoy uno echa un vistazo a Amatrice se da cuenta de que hay un poco menos de movimiento, un poco más de organización, todos se están concentrando en los últimos objetivos de búsqueda", señaló.

Los dispositivos desplegados se están "preparando para una nueva fase que es la de concentrarse en los supervivientes, en la gente que permanece en los campamentos pero también en la gente que permanece en sus casas en localidades aisladas".

Sostuvo que hay en pequeñas localidades, como la devastada Saletta, gente que se resiste a abandonar sus casas y permanece aislada, porque son pequeños agricultores o ganaderos que necesitan de su actividad para seguir subsistiendo.

Cinco días después del terremoto, los equipos de rescate analizan ya qué va a ocurrir con los supervivientes que tendrán que afrontar el frío invierno lejos de sus hogares en pocos meses.

Baccari relató que en este sismo, a diferencia del que ocurrió en L'Aquila (centro de Italia) en 2009 cuando hubo 7.000 damnificados, hay menos personas que han sufrido la pérdida de sus casas, porque las localidades golpeadas son pequeños pueblos de montaña con pocos habitantes.

Para los que requieran una vivienda provisional, Protección Civil buscará soluciones que pasen por su traslado a albergues o residencias, dotarles de casas de madera provisionales o de estructuras prefabricadas.

El organismo, además, intentará ofrecer alternativas a quienes no quieran moverse, como tiendas de campaña, pero serán provisionales, dijo Baccari, porque "las temperaturas bajarán" y habrá que permitirles vivir en lugares en los que puedan pasar "el invierno en zona de montaña".

Se trabajará también en restituir los servicios sanitarios y las escuelas, para que los niños afectados por el desastre puedan iniciar el curso escolar en unas semanas.

Este periodo, sin embargo, llevará tiempo, al menos "una o dos semanas" hasta establecer un plan de respuesta eficaz y después algún tiempo más para construir las nuevas viviendas provisionales.