El papa Francisco aseguró que su decisión de volver este sábado desde la isla griega de Lesbos a Roma con un grupo de 12 refugiados sirios que hospedará en el Vaticano es "un pequeño gesto, una gota en el mar", al tiempo que pidió que Europa recupere "la capacidad que siempre tuvo de integrar".

"Es una gota de agua en el mar, pero después de esta gota el mar no será el mismo. Un pequeño gesto. Pequeños gestos que debemos hacer todos los hombres para tenderle la mano a todos los que tienen necesidad", afirmó el Pontífice, parafraseando a la Madre Teresa de Calcuta, en diálogo con los periodistas que lo acompañaron en el vuelo de regreso desde Grecia y del que Télam formó parte.

En un gesto de repercusión mundial, el papa Francisco decidió que en el Airbus A320 de Alitalia en el que regresó del Aeropuerto de Mitilene hacia la capital italiana lo acompañaran tres familias sirias, 12 personas en total, entre ellos seis menores, todos musulmanes, que serán acogidos por la Santa Sede.

La hospitalidad inicial estará a cargo de la comunidad Saint Egidio, recordó el Santo Padre, en referencia a las familias cuyas casas fueron bombardeadas y que ya ocupaban los campos de refugiados de Lesbos antes del controvertido acuerdo entre la Unión Europea (UE) y Turquía para la deportación de migrantes.

"Fue una jornada muy fuerte. Fue una inspiración de un colaborador mío, y acepté rápido", enfatizó Francisco, quien especificó que las personas "tienen todos los papeles en regla y su llegada se ha hecho en colaboración con los tres gobiernos: griego, italiano y del Vaticano, que han gestionado y dado el visto". 

"No hice una elección entre cristianos y musulmanes: estas tres familias tenían los documentos en regla, se podía pero había dos familias cristianas que no tenían los papeles en regla. No es un privilegio, son 12 hijos de Dios", enfatizó el Pontífice, quien recordó que el nuevo grupo se suma a las otras dos familias sirias que ya se encuentran alojadas por el Vaticano.

Las tres familias, que viajaron en las filas intermedias del avión, caminaron sorprendidos por los pasillos durante el vuelo y se mostraron sonrientes con los periodistas.

Luego de pedir en Grecia que la comunidad internacional actúe con "valentía" para afrontar una crisis migratoria que definió como "la catástrofe humanitaria más grande después de la Segunda Guerra Mundial", el Papa pidió durante la conferencia a bordo del avión un mayor involucramiento de Europa para "integrar".

"Hoy Europa debe retomar esta capacidad que siempre tuvo de integrar. Arribaron nómadas, normandos, se ha enriquecido su cultura. Tenemos necesidad de una enseñanza para la integración", reclamó el Pontífice. 
"Algunos de los terroristas que han hecho actos terroristas son hijos y nietos de nacidos en Europa. ¿Qué ha pasado? No ha habido una política de integración. Y esto es fundamental", exigió el Papa.

En esa línea, y si bien reconoció que "entiende" el miedo de a gente, pidió "una gran responsabilidad para la acogida". 

"Siempre dije que hacer muros no es una solución. Lo hemos visto: El siglo pasado fue la caída de uno. No resuelven nada. Debemos hacer puentes… pero los puentes se hacen inteligentemente, con dialogo, con integración", explicó ante los medios presentes en el avión de regreso a Roma.

"Entiendo ciertos temores, pero cerrar las fronteras no resuelve nada. La clausura a la larga hace mal al propio cuerpo, Europa debe urgentemente hacer políticas de acogida, de integración, de trabajo y de crecimiento de la economía. Estos son los puentes que llevaran a no hacer muros", finalizó al regreso de un viaje histórico.