El proyecto de investigación "Gestionar instituciones educativas socialmente responsables: aprender, servir, innovar" de la Universidad Austral y llevado adelante por los directores Julio C. Durand, Ángela V. Corengia y la coordinadora María Susana Urrutia, parte de un interrogante: ¿Podemos ser socialmente "irresponsables"?

En la publicación del proyecto se plantea que muchas veces actuamos personal e institucionalmente como si no fuéramos a responder por las consecuencias de nuestros actos. Quizás no nos lo proponemos de un modo explícito, pero estamos permanentemente expuestos a vivir reduciendo o acotando el alcance de nuestra mirada a nuestro propio yo, a nuestro propio círculo íntimo, a nuestro propio "pequeño cosmos", y en consecuencia, a ni siquiera registrar lo que está más allá de ese foco reduccionista.

La Responsabilidad Social Educativa (RSEdu) se va haciendo cada vez más conocida. Su amplia fundamentación teórica permite la convivencia de múltiples enfoques, diversidad de proyectos, amplitud de valores y potencial de contribución a la convivencia tolerante. No existe un ‘paradigma’ o concepción dominante para caracterizar la RSEdu y cuando se la quieren apropiar los ideólogos de un extremo u otro, rápidamente pierde su virtualidad al ser instrumentalizada.

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