El Centro Nacional para la Biotecnología de los Estados Unidos ha publicado un estudio que revela que los dientes de leche contienen células madre que han estado menos expuestas a daños medioambientales y que por tanto, son más valiosas para ayudar a regenerar nuevas células en otras partes del cuerpo. No es la primera vez que se investiga en esta dirección: ya en 2011 auguraron que guardar los dientes podría salvarnos la vida algún día.

El presidente de Consejo General de Dentistas de España, el doctor Óscar Castro Reino, confirma que "se ha comprobado que la cavidad pulpar de los dientes contiene vasos sanguíneos, nervios y también células madre que son plenipotenciarias, es decir, que pueden tomar la deriva necesaria para regenerar tejidos dañados", según publica 20minutos.

Las células madre, conservadas también gracias a la preservación del cordón umbilical de un recién nacido, "conforman tejidos que ayudan a cualquier terapia regenerativa contra enfermedades como la diabetes, el cáncer o un infarto de miocardio". Por esta razón, representan un "reservorio a largo plazo" gracias a su capacidad regenerativa de cualquier tejido.

Castro considera que actualmente guardar los dientes de leche de los hijos es "una apuesta de futuro", pues las investigaciones marcan que en el futuro las terapias se enfocarán en las células madre.

Solo para quien pueda pagarlo

Si se opta por preservar para un futuro las piezas de la primera dentadura de los más pequeños, no se las puede guardar en una cajita, como se acostumbraba sino que hay que guardarlas en una condiciones específicas que actualmente solo ofrecen empresas privadas. "Han surgido empresas que se dedican a criogenizar los dientes para que en 20, 30 o 40 años se puedan descongelar y usar con fines terapéuticos", sostiene el entendido. Esto plantea dilemas éticos en la medicina, pues no son terapias de acceso universal, sino para quien las pueda pagar.