Con gran convocatoria de autoridades, artistas e instituciones que hacen su aporte permanente, se presentó la Fundación Red Voz por la Paz, presidida por Odino Faccia. Asistieron distinguidas personalidades entre ellas los Premios Nobeles de la Paz, el argentino Adolfo Pérez Esquivel y la guatemalteca Rigoberta Menchú Tum. El lanzamiento de la campaña #maspazmasamor #portipormi sirvió de marco para que la diversidad, el diálogo y la compresión aparecieran como ejes alrededor de los cuales cimentar la paz.

Adolfo Pérez Esquivel fue claro al afirmar que la paz no tiene que ver con la ausencia de conflicto, ni con la uniformidad. “La paz es la dinámica permanente entre las relaciones humanas y sus pueblos”. Compartió su experiencia reciente en Paraguay, donde se encontró con más de 1300 campesinos que resisten sus condiciones desfavorables y “es de esa resistencia de donde proviene la fuerza del espíritu”. Alentó al auditorio a sonreír y fundamentalmente a creer que otra sociedad es posible: “La hora más oscura es antes del amanecer. Tenemos que estar bien aunque se caiga el techo”.

Rigoberta Menchú Tum continuó en esa línea de reivindicación y lucha. “Lo más grande que nos enseña este mundo es que hay un espíritu humanista. En medio de la incertidumbre mundial y tanta gente nerviosa por querer más y más, hay gente con carisma y entusiasmo por la reivindicación de esa lucha”. Elogió la insistencia de Faccia para convocarlos: “Odino es más necio que su propia necedad” y homenajeó también a todos los artistas por hacer grandes aportes y dejar huellas en el corazón de la humanidad. Citó el reciente plebiscito en contra de la paz en Colombia como un ejemplo de la pobreza espiritual y decadencia social de los tiempos que vivimos, y recordó que “la lucha no se sufre, porque es el sentido de nuestra vida”, una lucha basada en los principios de identidad, dignidad y el derecho a ser feliz, “que no pertenece a una edad ni a un espacio de clase”.

El auditorio aplaudió la presencia del reconocido humorista Carlitos Balá , así como la de Guillermo Whpei, empresario rosarino presidente de Fundación para la Democracia Internacional, galardonado con el premio Maya 2016 que lo distingue como “modelo ejemplar de fomento a la democracia y los derechos humanos”. Fue Whpei quien finalizó el panel con una parábola que le transmitió su padre: “Hay dos formas de construir una pared, una como lo hace Dios y otra como lo hace el Diablo. Dios pone ladrillo por ladrillo en cambio el Diablo es vago, especulador, se fija en el ladrillo flojo para destruirle la pared al otro”.

Podría concluirse, sin ánimo de moralizar, que cada uno es un ladrillo y la paz un estado imperfecto, inconcluso, pisado en cada paso.