Con la llegada de la primavera y el verano, los días comienzan a hacerse más largos y las noches más cortas. Como cada año, se plantea la cuestión de atrasar el reloj una hora para aprovechar la luz del sol. Pero en diálogo con A Diario, el programa que conduce Alberto Lotuf por Radio 2, Elisa Felicitas Arias, directora del departamento del Tiempo de la Oficina Internacional de Pesos y Medidas, sostuvo que en el caso de la Argentina no es recomendable porque su sistema horario está mal planteado.

“Desde hace mucho tiempo la Argentina se ha quedado en el huso horario de verano y no deberíamos quedar así, los inconvenientes de vivir con la luz cambiada son caóticos”, ponderó y recordó que entre la década de 1960 y 1970 hubo una crisis energética en el país que obligó a atrasar los relojes para aprovechar la luz del día pero jamás se volvió a reestablecer el huso adecuado.

Por tal motivo, la experta solicitó una ley nacional que regule los husos horarios para que no queden a criterio de decretos presidenciales.

La especialista explicó que los husos horarios que adopta cada país se definen en función del “Tiempo Universal Coordinado” o UTC, por sus siglas en inglés, que divide al mundo en distintas franjas horarias de acuerdo al cálculo de 400 relojes atómicos distribuidos en 70 laboratorios a lo largo y ancho del orbe. Cada huso horario comprende una hora.

Así, la Argentina se rige por el UTC-4, aunque su región andina debería hacerlo por el UTC-5. Sin embargo, actualmente lo hace por el UTC-3; es decir, vivimos hoy en día con horario de verano que hace que la percepción del anochecer sea más tarde.

Por tal razón, para Arias no es recomendable atrasar nuevamente el reloj. “Si lo hiciéramos, oscurecería a las 22”, señaló.

“Racionalmente durante todo el inverno deberíamos tener una UTC-4 y luego pensar si conviene en verano, pasar a una UTC-3”, opinó.