Los buenos estudiantes saben cómo estudiar y cuándo hacerlo, es decir, tienen buenos hábitos de estudio y los saben aplicar correctamente a sus lecciones y clases.

Cada estudiante es un mundo y no todos son iguales, por lo que no siguen los mismos hábitos. Existen diferentes técnicas que ayudan a organizarse y a incorporar rutinas que facilitan el momento del estudio.

No cansarse por exceso de estudio

Es muy sencillo de entender: si estudiás mucho todo el tiempo, te cansás y tus horas no son muy productivas. Distribuí el trabajo a lo largo de la semana o el mes.

Planificá horarios específicos

El tiempo de estudio vale oro. Pero no por eso tiene que ser a toda hora. Marcate horarios específicos para completar las lecturas o trabajar en los proyectos asignados. Pero lo más importante es que cumplas los horarios.

Tratá de estudiar a las mismas horas cada día

Si estudias a las mismas horas cada día, vas a marcar una rutina que se transforma en una parte habitual de su vida, como comer o dormir. Cuando llegue la hora programada de estudio del día, vas a estar mentalmente preparado para empezar a estudiar.

Fijate metas específicas para los horarios de estudio

Las metas te ayudan a mantenerte enfocado y controlar tu progreso

Estudiá primero la materia que te parezca más difícil

La materia más difícil requiere de mayor esfuerzo, pero si la empezás primero vas a tener mayorenergía mental.

Deciles a tus amigos que no te llamen durante tus horas de estudio

En primer lugar, te interrumpen en el estudio y no es fácil volver a concentrarte. Luego, te distraen de lo que tenés que hacer. Apagá tu celular mientras estudies.

Estudiá los fines de semana

Aunque el fin de semana sea un tiempo para divertirte y descansar, te podés tomar un tiempo para repasar algo.

Hacé un plan de estudio

De no ser así, te sentirás abrumado por todo lo que tenés para hacer. Un calendario de estudio de va dar motivación y te va ayudar a concentrar en lo que tenés que hacer.

Creá apuntes propios

Te ayuda a descubrir una manera diferente de aprender. Es un estilo de aprendizaje activo.

Dormí lo suficiente

Estar cansado te juega en contra de la excelencia. Cuando descansas adecuadamente, tu cerebro asimila lo que aprendiste en el día. O sea que, cuanto mejor duermas, más aprendes.

Practicá bajo condiciones de examen

Si querés asegurarte de obtener el resultado deseado, ponéte a prueba y simulá estar en un examen en tu casa: apartá los libros, fíjate un tiempo límite, no hables, etc. Por ejemplo, podés usar un útil recurso que son los tests online.

Seguí lo que te apasiona

Es sencillo: si te gusta lo que hacés más empeño, ganas y fuerzas le vas a poner. La pasión ayuda a querer aprendar más.

Fuente: Universia