Al menos 16 perros murieron y otros sufrieron una severa intoxicación en el barrio Empalme Graneros, al parecer luego de comer vísceras de pollo envenenadas que habrían sido dejadas por alguien en la calle con ese fin. La Municipalidad ya intervino para analizar el caso y emitió una serie de advertencias.

Los vecinos expresaron su conmoción e indignación este martes, luego de que la noche anterior comenzaran a aparecer varias mascotas con signos de descompostura como temblores y vómitos. Dieron cuenta de unos 16 animales fallecidos, aunque otros hablaban de más de 20, informó el móvil de Radio 2.

Algunas personas que habitan esa zona del noroeste rosarino detectaron la presencia de menudos de pollo que habrían sido mezcladas con algún producto tóxico. Sostienen que en el barrio hay delincuentes que a través de esa forma buscan eliminar mascotas para que no delaten robos y escruches con sus ladridos.

“Cuando pasa esto, es porque, como los perros son guardianes y avisan en casos de robos, algunos los quieren eliminar”, aventuró una vecina en medio del dolor por la pérdida de su mascota.

En tanto, otras lograron devolver a tiempo lo que habían ingerido y se recuperan de las secuelas.

“Muy preocupante”

El epicentro del presunto ataque fue en José Ingenieros y Barra. Hasta allí llegó personal del Instituto Municipal de Salud Animal (Imusa), acompañado de la Guardia Urbana (GUM), y recogieron tres perros muertos de descampados para llevarlos y analizar a ciencia cierta qué acabó con sus vidas.

La titular del primer organismo, Diana Bonifacio, le dijo al periodista Gustavo Poles (La primera de la tarde) que pudieron “recuperar a tres perritos que estaban en malas condiciones”, pero que el cuadro general tras lo sucedido es “bastante triste y muy preocupante”.

“También tememos por la gente; por chicos o cualquier persona, porque no sabemos exactamente con qué entraron en contacto los perros, aunque suponemos que alguien tiró, ex profeso, comida envenenada”, advirtió.

Además, recomendó a los vecinos de Empalme Graneros que mantengan a los animales dentro de sus casas y que revisen patios y otros sectores donde los perros habitualmente se alimentan.