El control de la inflación, el desarrollo del sistema financiero local y la promoción de instrumentos de ahorro en moneda nacional, junto con el logro de una mayor bancarización de la población y la consolidación de los medios de pagos electrónicos, son los principales objetivos fijados por el Banco Central de la República Argentina (BCRA) para el 2016 en su programa monetario.

A partir de la premisa fundamental de "velar por la estabilidad monetaria de la economía argentina", tal como estipula su Carta Orgánica, la entidad que preside Federico Sturzenegger sostuvo que ese objetivo "implica priorizar, en el contexto actual, la disminución de la tasa de variación de los precios domésticos, hasta niveles semejantes a los que hoy en día experimentan las economías emergentes que manejan su política monetaria con sistemas de metas de inflación".

Al respecto, el BCRA indicó que un sistema con metas de inflación con tipo de cambio flotante "será el norte de la política monetaria en nuestro país".

La entidad reiteró que se propone "decididamente reducir la tasa de expansión de la cantidad de dinero en forma significativa". 

A tono con los nuevos paradigmas que rigen la conducción del país tras la asunción de Mauricio Macri como jefe de Estado, la conducción del Banco Central como "prioridad absoluta" procura obtener, "en un plazo razonable, una moneda con poder de compra estable", que "implicará dejar de lado objetivos que han sido característicos del manejo monetario del país, enfocado tradicionalmente en el valor externo de la moneda, es decir, en el tipo de cambio".

"El Banco Central considera que para obtener un gradual descenso en la tasa de inflación es imprescindible la flotación cambiaria, lo cual permite además comenzar a disociar las dinámicas de precios domésticos respecto de la evolución del tipo de cambio", sostiene la entidad monetaria como uno de sus principales lineamientos generales.

Estos lineamientos fueron explicitados a través de la publicación de los "Objetivos y planes respecto del desarrollo de la política monetaria, cambiaria, financiera y crediticia para el año 2016", documento que hasta la última reforma de la Carta Orgánica del Banco Central se daba a conocer bajo el título de "Programa Monetario".

Tras subrayar la "gradual pérdida de foco del Banco en las funciones descriptas por su Carta Orgánica" que derivó en el "deterioro macroeconómico argentino en los años previos a 2015", las nuevas autoridades señalaron que el BCRA tiene ahora "un rol significativo en la normalización de la situación macroeconómica".

El documento señala que el BCRA " ya comenzó a tomar sus decisiones de política monetaria con un foco en el descenso de la tasa de inflación" desde el 10 de diciembre, en un período que la entidad calificó de "normalización posterior a la unificación cambiaria".

Tras asegurar que el combate a la inflación "seguirá siendo su política en los primeros meses de 2016", el Banco Central consideró que "la anunciada publicación de un nuevo índice de precios en 2016 permitirá hacer más explícitas las pautas de inflación" de la entidad.

El BCRA anunció que se valdrá de las tasas de interés de sus propios títulos y de los pases pasivos como instrumentos fundamentales de regulación monetaria, y también adelantó que determinará la evolución de los agregados monetarios que "considere consistentes con el comportamiento pretendido de los precios domésticos".

Otra de las prioridades será "asegurar la estabilidad y crecimiento del sector financiero" a través del desarrollo del sistema financiero local, y la promoción de instrumentos de ahorro en moneda nacional.

"Estas medidas permitirán darle mayor solidez al sistema crediticio, canal por el que se potenciará el desarrollo productivo, y se buscará ampliar la oferta de crédito hipotecario a tasas y plazos más accesibles para toda la población", señaló la entidad.

El tercer pilar del programa monetario será fomentar la bancarización con el fin de "facilitar la función del dinero como medio de pago", para lo que promoverá la "utilización masiva" de medios de pago informáticos.

"Facilitar su acceso a toda la población equivale a obstaculizar el crimen organizado, el narcotráfico y el lavado de dinero", subrayó. 
Enfatizan además, que la bancarización contribuye a la "formalización de la economía" y a "cargas tributarias más parejas y más moderadas".