No hay ninguna duda de que el consumo de cocaína es perjudicial para la salud. Y especialmente para la salud cerebral, dado que la cocaína altera tanto la función como la estructura del cerebro y provoca, entre otros muchos efectos negativos, que los consumidores tengan grandes dificultades para identificar sus prioridades, tomar decisiones e inhibir los comportamientos inadecuados. Por tanto, debe evitarse la cocaína a toda costa. Más aún cuando se tiene en cuenta la gran adicción que genera esta droga.

Desafortunadamente no hay medicamentos aprobados para tratar la adicción a la cocaína o la sobredosis. Los usuarios frecuentes tienden a ser cada vez menos sensibles a los fármacos, lo que lleva a dosis más fuertes o más frecuentes. El resultado típico es la adicción. La exposición a la droga, o a las señales asociadas a la droga, incluso después de largos períodos de abstención, a menudo conduce a una recaída.

La mayoría de los enfoques diseñados para tratar la adicción no han logrado los resultados esperados. Sin embargo, es posible que a corto plazo pueda haber una solución. Investigadores de la Universidad de Chicago (EE.UU.) presentan en la revista «Nature Biomedical Engineering» un innovador enfoque capaz de sofocar el deseo de consumir cocaína y de prevenir una sobredosis en ratones basado en la terapia génica, según publica abc.

Según explican en su trabajo, se conocen los tres mecanismos esenciales y necesarios para tratar la sobredosis y prevenir la adicción: una enzima efectiva que puede degradar la cocaína con alta eficiencia (enzima butirilcolinesterasa o BChE); las tijeras moleculares o CRISPR, una herramienta genética que permite introducir un gen dentro de la célula sin afectar otros genes, y lo más importante, tecnología, para recolocar las células de la piel genéticamente modificadas en un destinatario.

Para los adictos a la cocaína o las personas propensas al abuso de cocaína, este enfoque podría reducir la búsqueda de drogas y proteger contra la sobredosis, lo que los hace potencialmente «inmunes» a un mayor consumo de cocaína. Este enfoque basado en células de la piel se puede utilizar potencialmente para tratar el abuso del alcohol, la nicotina y los opioides y el abuso de dos o más sustancias.