La contaminación atmosférica por hidrocarburos policlínicos aromáticos (HPA), puede inducir cambios estructurales subclínicos en el cerebro de los niños, afectar al volumen de los ganglios basales y provocar síntomas de hiperactividad.

Esta es la principal conclusión de una investigación liderada por científicos del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) y publicada en la revista Environment International, tal como publicó larazon.es.

Los HPA son un grupo de contaminantes del aire que proceden de la combustión incompleta de materia orgánica y se forman como consecuencia del uso de combustibles fósiles y biomasa y también a partir de otras fuentes, como el humo del tabaco o la cocina a la brasa.

En ciudades como Barcelona, donde se elaboró el estudio, la fuente predominante de emisión es el tráfico, que emite unos compuestos que investigaciones previas habían asociado a Trastornos por Déficit de la Atención e Hiperactividad (TDAH) en niños expuestos en fase prenatal y que los autores consideran "especialmente preocupantes".