La revista Science publicó una investigación sobre una enzima que, si se estimula su funcionamiento, bajaría el apetito en los seres humanos. El descubrimiento es auspicioso, pero sólo un paso más en el camino. Además, por ahora se probó en ratones, lo que significa que falta bastante para que llegue a los humanos.

Fue un equipo de investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad John Hopkins de Baltimore, Estados Unidos, quienes probaron que la ausencia de la enzima O-GlcNAc transferasa (OGT) en ratones provocó que las neuronas del hipotálamo responsables de enviar la señal para dejar de comer no se comunicaran entre sí, lo que llevó a los animales a no saciar su apetito y siguieran comiendo.

Los ratones sin la enzima triplicaron su peso en dos semanas. Como explicó Olof Lagerlöf, director del estudio: "Los ratones no entendían que ya habían ingerido una cantidad de alimento suficiente, por lo que seguían comiendo”.

Para Richard Huganir, coautor del estudio, "los resultados sugieren que la enzima OGT ayuda a mantener las sinapsis (señales químicas que usan las neuronas para comunicarse) en las células. Pero en su ausencia, las sinapsis eran tan pocas que probablemente no recibieran impulso suficiente para activarse. De la misma manera, estas células son responsables de enviar la señal para dejar de comer”.

"Todavía hay aspectos de este sistema desconocidos. Pero creemos que encontramos un nuevo receptor de información que afecta directamente a la actividad cerebral y al comportamiento alimenticio. Así, y si nuestros resultados son trasladados a los seres humanos, pueden suponer un avance para el diseño de fármacos para controlar el apetito”, concluyó Lagerlöf.

Para León Litwak, del Servicio de Endocrinología, Metabolismo y Medicina Nuclear del Hospital Italiano, "el estudio dice que estimulando la enzima OGT se puede bajar el apetito, lo que ayudaría a crear un fármaco que haga actuar más a esta enzima, pero habría que ver qué efectos colaterales tendría”.